La compañía Ricci-Forte encarna las nuevas estéticas de las artes escénicas italianas. Sus trabajos han sido especialmente destacados en el país de origen y en festivales europeos.
Su presentación en Sudamérica constituía una meta necesaria, dado los vínculos de la cultura uruguaya con Italia y la necesidad de tomar contacto con las nuevas tendencias de la dramaturgia y la puesta en escena, que tienen a un festival internacional como un espacio ideal para realizarse.
Dentro de los espectáculos que la compañía tiene vigentes en la actualidad, Still Life estrenado en el 2013 aborda una temática muy sensible para la sociedad contemporánea y la defensa de los derechos humanos. La obra que puede interpretarse como un alegato
contra el bullying homofóbico, constituye también una invitación a respetar la diferencia y a convivir entre personas
con diferentes hábitos.
En la sociedad contemporánea, cada vez más plural y diversa, la escenificación de una temática que invite a superar discriminaciones y a elevar la calidad de nuestra convivencia, es un aporte temático de indudable valor para la comunidad en la que se presenta.
El espectáculo está inspirado en un terrible ataque a un adolescente romano en el año 2013, que produjo su suicidio por estrangulamiento con su propia bufanda, debido a que su diversidad lo sometía a un maltrato insoportable.
Como las crónicas de todas las sociedades están plagadas de episodios –que dan cuenta de esta discriminación identitaria y la calidad estética del espectáculo–, como el virtuosismo de los intérpretes lo convertían en una obra ideal para ser una de las representantes de Italia, en esta edición del Festival Internacional de Artes Escénicas de Uruguay donde era el país invitado fuera del espacio cultural iberoamericano.
El impacto que causó el espectáculo en el público montevideano que pudo disfrutarlo en una de sus salas más emblemáticas, la Nelly Goitiño del Sodre, se debió a las imágenes de gran belleza con que los cinco actores interpretan el acoso, el sentimiento de la víctima, la inoperancia de la sociedad, pero también la inocencia, la felicidad y el recuerdo de los seres queridos.
La crudeza del lenguaje y la interacción con la platea lejos de molestar al público provocó una gran adhesión de la audiencia que asistió a la dos funciones de esta pieza.
