La clave del diálogo social parece un misterio cabalístico escondido en el número tres. Tres son los conductores de la CGT que acordaron, en negociación tripartita (Estado-Trabajadores-Empresarios), un bono de fin de año. Otro triunvirato, en este caso representante de los desocupados, trabajadores informales y trabajadores cooperativos, inició esta semana una negociación paralela con el Ministerio de Desarrollo Social.
La tríada se completa con la Iglesia Católica, que ha fomentado el diálogo de estos sectores con el Gobierno, la reconciliación entre las organizaciones sociales kirchneristas y antikirchneristas –no fue casualidad que su primera acción coincidiera con San Cayetano– y el reconocimiento de las organizaciones sociales por parte de la CGT.
El denominado Triunvirato de San Cayetano –compuesto por la CTEP, movimiento de trabajadores informales cercano al papa Francisco, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie– ganó protagonismo como interlocutor de los sindicatos y el Estado. Esta convergencia nació en agosto, con la marcha durante el día del patrono del trabajo y se gestó en reuniones promovidas por el papa Francisco, tras el Encuentro Mundial de Movimientos Populares del que participó el Pontífice, en Bolivia, el año pasado.
La Iglesia, cultora del misterio de la Santísima Trinidad, también estuvo presente en el encuentro de movimientos sociales con la ministra Carolina Stanley esta semana. Allí, los reclamos fueron tres, según explicó Amancay Ardura, de la CCC, a PERFIL: “Aumento de los planes sociales, que el pago propuesto por el Gobierno de $ 1.000 se haga por hijo y no por familia, y un aguinaldo social para los receptores de planes Trabajar”.
A la espera de la respuesta del Gobierno, para el próximo 9 de noviembre el triunvirato de San Cayetano ya activó una “Jornada Nacional de Lucha” junto a las dos CTA. Algunos esperan que la marcha, programada para el 4 de noviembre, sume adhesiones desde la CGT. También se está trabajando para incorporar a la Federación Agraria Argentina (FAA); el dato llegó a oídos del ministro Ricardo Buryaile, quien los citó a una reunión la próxima semana.
El diálogo con el Gobierno es una novedad bienvenida, pero las organizaciones quieren mantener su posición de independencia. “Nosotros no somos apaciguadores” indicó Ardura, al recordar que la Iglesia y el Gobierno buscan “un fin de año en paz y por eso impulsaron el diálogo con los sectores que representa su organización”.
También hubo advertencias desde Barrios de Pie, quien ayer emitió un comunicado donde se hizo eco de rumores sobre una respuesta negativa del Gobierno al pedido de un bono de fin de año y señaló preocupación por la “creciente crisis social en los hogares más humildes”.
Convocó el “Triunvirato de San Cayetano” a una protesta para noviembre
