Sergio Massa está convencido de que sus movimientos de la última semana terminaron de desordenar a un Juntos por el Cambio que ya percibe afuera de la segunda vuelta. No se quiso perder esa escena y, por eso, ingresó al palco de invitados del primer piso para presenciar y mirar desde lo alto la votación de la eliminación del impuesto a las ganancias para los trabajadores que descolocó al principal partido opositor. Quiso escuchar las excusas y discursos con fuertes tonos de los diputados que tenía de frente al mismo tiempo que disfrutaba de que también lo vean a él anotándose lo que consideró un gol para su campaña.
Los números propios lo acompañan: en las encuestas que hacen a diario, recién logró despegar encima del 30% de intención de voto después de la batería de medidas anunciadas como titular del Palacio de Hacienda. En el equipo de campaña de Unión por la Patria aseguran que la figura de Javier Milei está en un valle y ya creció todo lo que podía, mientras la imagen de su candidato va en aumento. Sobre Patricia Bullrich, aseguran que nunca pudo recuperar la totalidad de los votos que fueron a Horacio Rodríguez Larreta y, menos, cosechar nuevos votantes que puedan llevarla a pelear el ballottage.
Sergio Massa aprovechó al máximo su rol de ministro de Economía, pero ahora deberá despegarse de él. Recuperó la iniciativa y la agenda en la campaña, pero con todas las buenas noticias posibles dadas (quedan algunas más en los primeros días de la semana), ahora debe desmarcarse de las malas. “Hay que crear futuro, no contar lo que pasa. Si sos ministro y te la pasás contando y justificando mierda, nadie te vota”, relatan de manera cruda en su entorno. Aun en los actos de campaña, Massa aparecía en este rol. “Basta de corbata, sacátela de una vez”, se lo graficaron a su alrededor.
Ayer, Massa se corrió de su rol de ministro de Economía para hablar de seguridad. Lo hizo desde la ciudad santafesina de Rosario para inaugurar una base policial. “Si soy presidente les voy a devolver la paz y la seguridad”, dijo. También quiere posicionarse como el jefe de Estado “del empleo”.
Sobre la estrategia, definieron además que en esta etapa debe ponerse fin a las recorridas y reuniones para contener a los distintos espacios que integran la alianza. “No podemos visitar a todos por miedo a que se rompa o porque quedaron heridos. Tenemos que ir a los lugares en donde podemos recuperar votos. Entendemos que la política es compromiso, pero ahora es tiempo de darle bola a la técnica y donde hay votos para ir a buscar, iremos”, dicen a su alrededor. De acuerdo al análisis sobre los sufragios perdidos, Massa deberá avanzar con distintas campañas según los territorios: hay provincias en las que irán a buscar a los jóvenes de Milei y otras en las que se concentrarán en los adultos de Bullrich.
“Es una elección en la que los números están muy estables”, dicen desde el búnker del oficialismo. Creen que, aunque falte un mes para los comicios, no habrá grandes variaciones en los porcentajes del 22 de octubre. “Recién ahora Sergio logró asomar un poco por encima, pero ninguno se mueve más allá de las bandas de fluctuaciones que traemos desde las PASO”, explican.
El próximo desafío es no cometer errores en los debates presidenciales y tener claro que serán más importantes los recortes que se pueden viralizar que la transmisión en vivo. El ministro de Economía ya tiene experiencia y no subestima la presentación televisiva como sí lo hizo su compañero de fórmula, Agustín Rossi. Corre con una ventaja: como representante del gobierno, debería ser a quien todos apunten, pero que Milei se haya convertido en el candidato más votado, lo convierte en otro polo de atracción. Sin dudas, como hasta ahora, Massa avanzará contra el líder libertario y este contra Massa. Se eligieron como contrincantes y, aseguran, que hasta ahora funcionó para los dos. Si ambos pasan al ballottage, la pelea será distinta.
Este sábado, Unión por la Patria decidió mostrar unidad y encolumnarse detrás del candidato a presidente. Desde las 10 de la mañana, todos debieron sumarse a la campaña de redes sociales “para contarles a todos los argentinos y argentinas que tenemos con qué y tenemos con quién”, fue la orden. La cumplieron los gobernadores, legisladores, intendentes y dirigentes de todo el país. El hashtag #TenemosConQuién se convirtió en tendencia. También lo fue Luis Barrionuevo, por ponerse al servicio de Javier Milei.
