La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), el ente regulador de medicamentos en Brasil, continuaba este domingo 17 de enero con los trámites para decidir si autoriza el uso de emergencia de la vacuna rusa Sputnik V contra el covid-19, mientras el coronavirus ya dejó en ese país casi 210.000 muertos y se viven situaciones dramáticas en varios lugares del país, especialmente en Manaos donde la falta de tubos de oxígeno ha derivado en escenas dramáticas.
El Fondo Ruso de Inversión Directa informó que el ente regulador pidió información adicional sobre la vacuna rusa que será proporcionada en breve, para conseguir la autorización de la producción de la vacuna Sputnik V en ese país y la aplicación a millones de personas. "Tales solicitudes de los reguladores son un procedimiento estándar y no significa que una oferta de registro haya sido rechazada", indicaron los voceros cercanos al tema.
Mientras tanto, el Senado brasileño también está considerando una ley que ya fue aprobada por la Cámara de Diputados del país, que si se aprueba permitirá el uso de vacunas aprobadas por varios otros países, incluida Rusia. La vacuna Sputnik V ya se ha registrado en Serbia, Bielorrusia, Argentina, Bolivia, Argelia, el Estado de Palestina, Venezuela y Paraguay, en tanto se esperan inscripciones en dos países más la próxima semana.
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La reunión en Anvisa coincide con la pulseada entre el presidente Jair Bolsonaro y el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, que se disputan la delantera en el inicio de la campaña de vacunación en este país de 212 millones de habitantes.
Entre tanto, el estado de Amazonas (norte) vive un nuevo colapso en su sistema de salud, y genera preocupación la aparición de una variante del virus que, según los expertos, podría ser más contagiosa y que llevó a varios países a cerrar sus fronteras a vuelos procedentes de Brasil.
El directorio de la Anvisa analiza, además de la vacuna rusa Sputnik V, las desarrolladas por AstraZeneca y la Universidad de Oxford junto a la Fundación Fiocruz del Ministerio de Salud de Brasil; y la CoronaVac, producida por la firma china Sinovac en asociación con el Instituto Butantan, un organismo del gobierno de Sao Paulo.
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La vacuna de AstraZeneca, fabricada por el Instituto Serum en India, todavía no ha sido importada a Brasil. El gobierno de Bolsonaro había anunciado la semana pasada que enviaría un avión para buscar dos millones de dosis, pero el gobierno indio, en pleno inicio de su propia campaña de inmunización, no le ha dado aún la luz verde.
Seis millones de dosis de la CoronaVac ya están en Sao Paulo, estado que ha dicho que está pronto para iniciar la campaña cuando obtenga el aval de la Anvisa, desafiando al Ministerio de Salud, que ha solicitado la entrega inmediata de las dosis para distribuirlas a los diferentes estados brasileños e iniciar una campaña simultánea en todo el país.
La disputa por las vacunas es el capítulo más reciente del enfrentamiento entre Doria y Bolsonaro, posibles rivales en las presidenciales de 2022. Independientemente de cuándo o dónde empiece la campaña de vacunación, tendrán prioridad los trabajadores de la salud, los mayores de 75 años y las personas con más de 60 años en hogares residenciales, así como la población indígena.