Del "poder blando" al litio: Corea del Sur y Argentina, una alianza estratégica que cumple 60 años

Ni el tiempo ni las coordenadas fueron un impedimento para el vínculo entre Corea del Sur y Argentina, dos países de que mantienen fuertes lazos bilaterales a pesar de estar en las antípodas geográficas y culturales.

Mas de 19 mil kilómetros separan a Buenos Aires de Seúl, las metrópolis capitalinas argentina y coreana. Sin embargo, en la práctica esa distancia se diluye en la estrecha agenda bilateral que mantuvieron a lo largo del inalterable trabajo diplomático que este año cumple seis décadas.

"Queremos celebrar la integración y agradecerle a la Argentina la bienvenida que nos dieron, al igual que a otras colectividades", puntualizó el embajador de Corea S.E. Myung-soo JANG, anfitrión del evento conmemorativo de los 60 años de las relaciones bilaterales.

Desde la cúpula del Centro Cultural Kirchner, el representante diplomático de Corea destacó la unión en la diferencia entre ambos países en un evento . A la celebración no le faltó nada: el show musical de Tango del Sur y Buenos Aires Arirang fue el símbolo de la fusión entre ambas culturas. A eso se sumó la presentación de "En algo nos parecemos", un documental conmemorativo de la primera inmigración coreana y su adaptación local que será transmitido por canal Encuentro en diciembre.

El litio, una clave de las relaciones bilaterales argentino-coreanas

Luego de que el paralelo 38 blindara la escisión de la península coreana (una de las heridas que dejó la Guerra Fría), la Corea capitalista abrió sus puertas al mundo, cruzó el Pacífico y llegó a Argentina en 1962, en un momento en el que el desarrollismo pisaba fuerte de la mano del expresidente Arturo Illia.

Desde entonces, la alianza estratégica entre ambos países se profundizó en materia científica, tecnológica, alimentaria y minera, con particular énfasis en el litio en la actualidad. Las inversiones privadas en este sector constituyen una oportunidad para la golpeada balanza comercial argentina que este mes alcanzó el mayor superavit en lo que va del año y luego de ocho meses de déficit continuo.

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El litio fue uno de los temas centrales de la agenda de Alberto Fernández y el primer ministro Han Duck-soo en su visita Buenos Aires hace poco más de un mes. "Estaba muy feliz y agradecido de la hospitalidad argentina", destacó el embajador coreano acerca del encuentro entre los jefes de gobierno. Corea, en tanto, está en búsqueda de reservas de litio para abastecer a la cadena productiva y las baterías que se fabrican con ese mineral, entre ellas las poderosas automotrices surcoreanas.

La felicidad seguro fue compartida del lado argentino, considerando la importancia de la relación comercial con ese país. Según declaró el canciller Santiago Cafiero, el encargado de dar los detalles de ese encuentro, los términos de intercambio entre Argentina y Corea tuvieron "un crecimiento exponencial en ambos sentidos", considerando que pasó de 400 millones de dólares en 2002 a 2.368 millones en 2021, año en que las exportaciones argentinas crecieron en un 148 por ciento.

El "poder blando" de Corea

La cooperación argentino-coreana también implica el plano cultural, luego de que Argentina fuese uno de los países que acogieron a decenas de miles de coreanos que temían el avance de la Corea comunista y que finalmente se integraron a la sociedad argentina manteniendo sus costumbres.

Además, con el tiempo se fue consolidando el "furor" por la cultura de este lejano país asiático. Así lo demostró la popularidad del arte marcial Taekwondo, o el éxito de la música coreana, enmarcada en el fenómeno K-pop, y en las producciones de series y películas.

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"El poder blando de Corea, que se proyecta sobre Asia y en todo el mundo sobre la base de la cultura y el arte y no de las ideologías, se está extendiendo y es cada vez es más amplia, uniendo todos los pueblos del mundo, poniendo el énfasis en el valor y la felicidad de cada individuo", añadió el representante diplomático.

En un nuevo aniversario de las relaciones bilaterales argentino-coreanas, las condiciones de intercambio del mundo actual (marcado por amenazas como la pandemia o la guerra en Ucrania) son muy distintas a las de 1962, momento en el que ambos países decidieron comenzar con la que hoy ya es una tradición de cooperación bilateral.

Esto no pasó desapercibido por el embajador S.E. Myung-soo JANG. No obstante, cerró su discurso con un mensaje alentador: "Sesenta años en Corea son el cierre de una etapa, lo llamamos un nuevo comienzo. Vamos a entrar a un nuevo ciclo en el cual nuestra amistad se va a renovar y fortalecer por los próximos 60 años".

CDI CP