El policía Matías Martínez, acusado de asesinar de 30 puñaladas a la joven de 18 años, Úrsula Bahillo, había sido denunciado el año pasado por su expareja por una violación de la sobrina discapacitada de 13 años.
Florencia, una policía y expareja del acusado, contó que habló por teléfono con Úrsula unas horas antes de que la adolescente fuese asesinada por su actual pareja.
Además, la mujer apuntó contra la Justicia porque aseguró que hasta el momento no se habían tomado medidas en la causa en la que Martínez había sido imputado por el delito del abuso sexual de su sobrina.
De acuerdo a la denuncia, los hechos ocurrieron entre 2019 y 2020 en la ciudad bonaerense de 9 de Julio, donde residía Martínez, tras haber sido trasladado dentro de la Fuerza.
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"Tuve una relación de un año y medio con él en la que sufrí violencia de género, violencia física y psicológica, pero nunca lo denuncié", relató la mujer en diálogo con el canal de noticias TN.
Además, Florencia comentó que el pasado lunes, Úrsula la había llamado para ofrecerle pruebas para la causa de la menor abusada.
"El mismo lunes a las 4 de la tarde ella se contactó conmigo y me dijo que quería aportar pruebas en la causa de mi sobrina, que que tenía capturas de mensajes y que el martes iba a llamar al fiscal de 9 de julio para aportarlos a la causa", relató.
Úrsula también le comentó que estaba siendo víctima de violencia por parte de Martínez: "Yo la escuché muy nerviosa, angustiada y con mucho miedo, traté de aconsejarla, en varias oportunidades le dije que no le tuviera miedo, que se refugiara en su familia y amigos, y que tratara de que le aceleren lo del botón antipánico".
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La mujer ratificó que si bien ella sufrió violencia de género por parte de Martínez no lo denunció, pero que sus superiores "tenían conocimiento de las causas en las que estaba denunciado".
"En ningún momento lo denuncié. Tuve la oportunidad de hacerlo porque una vez adentro del patrullero me arrancó un puñado de pelos, pero me suplicó que no lo denunciara y hasta llamó a la madre para que me dijera que no lo haga", señaló.
Al referirse a la causa de su sobrina, Florencia contó que la menor padece "un retraso madurativo de un año" y la violación se habría producido el 1 de abril del año pasado, y que la adolescente "sufrió todo tipo de hostigamiento por parte de él, que la amenazaba continuamente para que no hablara".
"Recién nos enteramos el 24 de junio, cuando la nena pudo hablar, pero por el tema de la pandemia se atrasó la Cámara Gesell, y se la hicieron recién el 22 de diciembre", detalló.
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Unos días después, el fiscal Sebastián Villalba le solicitó al juez de Garantías de Mercedes Guillermo Oliva que detuviera a Martínez, pero "el juez dijo que no, que todavía no había apuro para detenerlo".
Al enterarse del femicidio de Úrsula, Florencia dijo que se sintió shockeada y bloqueada: "Me sentí mal porque me vi en ella y pude ponerme en su lugar, lo veía en imágenes, de estar yo en el lugar de ella y verle esos ojos fríos que ponía al pegarte, vacíos, llenos de odio, sin ningún tipo de remordimiento".
Y mencionó que si ella hubiese sabido antes lo que estaba viviendo Úrsula, "habría hecho algo, advertirla, aconsejarla, porque yo sabía que él en cualquier momento iba a llegar a hacer esto".
J.D. / M.C.