El músico Facundo Cabral (74) recibió tres tiros que no lo tenían como destinatario, pero que terminaron con su vida en las calles de Guatemala. El cantor argentino había terminado de dar un show en ese país y se dirigía al aeropuerto para seguir con su gira. Pero no llegó, las balas lo encontraron primero.
Los disparos iban dirigidos para el empresario nicaragüense Henry Fariñas, que aquel 9 de julio de 2011 se ofreció a llevar en su auto al músico argentino hasta el aeropuerto. Cabral perdió la vida en el vehículo, mientras que Fariñas sobrevivió al ataque.
Fueron cinco las personas involucradas en el crimen del autor de “No soy de aquí, ni soy de allá”. Según entendió la justicia de Guatemala, el costarricense Alejandro "El Palidejo" Jiménez, fue el autor intelectual del hecho y contrató a cuatro sicarios para que llevan adelante el plan.
Dos camionetas esperaron en la puerta del hotel Tikal Futura a que saliera Fariña, se subiera a su auto y emprendiera marcha para llevar a Cabral al aeropuerto en esa madrugada de julio. Cuando el vehículo llegó a la avenida Liberación fue emboscado y atacado. El músico recibió dos tiros en la cabeza y uno en el tórax de los más de veinte disparos que se efectuaron contra el auto.
En 2016, Jiménez (un hombre que lo vinculaban con el cartel de Sinaloa de Joaquín “Chapo” Guzmán) fue condenado a 50 años de prisión. Misma pena recibieron los autores materiales del ataque Elgin Enrique Vargas Hernández (53) Wilfred Allan Stokes Arnold (53), Juan Hernández Sánchez (50) y Audelino García Lima (50).
Fariñas no escuchó la sentencia contra los hombres que quisieron matarlo porque estaba en prisión cumpliendo una condena a 18 años por narcotráfico.
Cabral había llegado de Guatemala para hacer tres presentaciones en el teatro Roma. Cuando terminó de cantar, dejó su guitarra a un costado y dijo: “De aquí en adelante, Dios decidirá…”. Esas fueron sus últimas palabras en público y horas más tardes, esas balas que no estaban dirigidas hacia él, le pusieron fin a su vida.
NG/MC