Terminó el Mundial Qatar 2022, la Copa del Mundo está de regreso a la Argentina después de 36 años de ausencia, y posiblemente en pocos días todos hablaremos de otra cosa. Pero después de un mes de intensidad, nerviosismo, alegrías y tristezas para millones de hinchas, hay una lección que los medios argentinos no aprendimos: que no todo hombre que viste un turbante es un jeque árabe.
Nos encontramos con ese exótico personaje diariamente en los medios, y hubo para todos los gustos: el jeque árabe que le ofreció trabajo a un tucumano que había cancelado su casamiento para viajar a Qatar, el que invitó a su casa a un hincha uruguayo, el que invitó a una fiesta de "locura total" a visitantes cordobeses.
El jeque Lionel: el emir de Qatar invistió a Messi con una tradicional "abaya" árabe
Cómo olvidar a aquel jeque sin nombre que "se hace amigo de hincha argentino y le regala 500 dólares en efectivo" o la anécdota al periodista Diego Brancatelli hablando de un "jeque árabe" que conoció en Doha.
En Perfil también hicimos nuestra parte, y hablamos de cuando "los hijos de Messi enloquecieron a un jeque árabe en la previa del partido contra Australia". Las fotos mostraban a los pequeños Messi sentados cerca de un hombre que parecía imperturbable envuelto en una túnica blanca y con un turbante sobre su cabeza.
El principal problema es que antes del Mundial no sabíamos lo que era un jeque (¿una especie de Aladino?, ¿un rey Midas que vive en el lujo y convierte lo que toca en oro?) y ahora tampoco.
La pregunta que nadie hizo en Google: ¿qué es un jeque árabe?
La palabra jeque ("sheikh", en inglés) designa a los miembros varones de una tribu como aquellos que merecen respeto y que están investidos de autoridad.
En países como los emiratos de Qatar y Kuwait o el reino de Bahrein, el jeque no solo es respetado, sino que puede tener la tarea específica de guiar y proteger a un grupo de personas, resolver disputas, ser un líder religioso y ayudar a administrar la ley.
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En el caso de Qatar, todos los miembros de la familia reinante de los Al-Thani son jeques (los varones) y jequesas (las mujeres). Presentes en Qatar desde el siglo XVIII, descienden de la antigua tribu Banu-Tamim. El título pasa de padres (varones) a hijos, con lo cual en la actualidad viven unos 8.000 jeques y jequesas qataríes.
En países como Arabia Saudita o Jordania, se denomina jeque al líder de una tribu nómada beduina y, como tal, administra la ley sobre los suyos, hace tratos con otras tribus y trabaja por la prosperidad de su pueblo.
Sería fácil distinguir a esos jeques reales (por ser de la realeza) o tribales si, por lo menos, vistieran de forma especial. Pero no es el caso: en las naciones islámicas, la vestimenta tradicional iguala a todas las clases sociales ante Dios, y reyes y pobres pueden vestir con la misma ropa.
En el caso de Qatar es fácil distinguir a los verdaderos jeques: la realeza viste -sobre la túnica blanca- una "abaya" negra y dorada, una especie de manto emblema de dignidad, la misma que el emir Tamim obsequió a Lionel Messi antes de la entrega de la Copa del Mundo.
No todos los qataríes son jeques, pero casi todos son millonarios
Las imágenes de la TV que llegaron a la Argentina mostraron "jeques árabes" (hombres vestidos con tradicionales túnicas blancas) en las tribunas VIP, oficiando de ujieres y organizadores del evento, o acompañados de sus hijos como simples espectadores.
Los que tuvieron el privilegio de viajar a Qatar, pudieron ver "jeques árabes" caminando con su familia por el malecón de Doha, atendiendo comercios de lujo, viajando en el transporte público o saliendo de sus oficinas.
Es cierto que fue fácil caer en el cuento de que los "jeques árabes" colmaron de oro, incienso y mirra a los turistas que viajaron al Mundial: Qatar es uno de los países más ricos y poderosos del mundo. Allí viven unos 50.000 multimillonarios (en 17,5% de la población, o 116 millonarios por cada 1.000 hogares).
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También es cierto que muchos qataríes, que se están volviendo ricos o súper ricos como resultado de inversiones bien ubicadas, estaban dichosos de que el mundo los vea despilfarrar sus millones, y salieron a las calles a mostrar su generosidad con porteños, cordobeses o tucumanos que fueron a alentar a la selección.
¿Fue alguno de los "jeques árabes" de los titulares de los medios un verdadero jeque árabe? Posiblemente sí, pero no se ha comprobado la identidad de ninguno.
Lo cierto es que es un gran error decir que todo hombre con turbante blanco es un jeque árabe, por más millonario que sea, así como es un error pensar que todos los jeques son musulmanes, o que todos los árabes son islámicos, o que todos los qataríes son árabes, islámicos y jeques.
En resumen, no todo lo que brilla es oro.