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¿Por qué vestirse de blanco en Año Nuevo se convirtió en una tradición argentina?

El popular ritual que implica "pureza y resurrección" se volvió muy popular entre los argentinos que buscan atraer buenas energías y dejar atrás lo negativo de cara al año entrante. Cuáles son los motivos y dónde se originó.

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Vestidas de Blanco. | Shutterstock

La víspera de Año Nuevo despierta un sinfín de rituales en las personas, entre ellas vestirse de blanco, que por su popularidad ya es considerada una tradición argentina en medio de una fecha cargada de simbolismo, especialmente porque apunta a dejar atrás todo lo negativo con el fin de prepararse para encarar de manera fresca el año entrante. 

El vestirse de blanco es una tradición que adoptaron numerosas culturas, entre ellas la argentina, y que con el pasar del tiempo se convirtió incluso en una moda, por lo que en el último tramo del año los outfits de este color suelen inundar las vidrieras de los comercios de indumentaria de todos los géneros.

En el caso de los argentinos, cada vez son más los que eligen seguir este ritual bajo la creencia de que es un símbolo que puede influir de manera positiva en todos los aspectos de la vida, como una especie de cábala que sirva de empujón para alcanzar la tranquilidad y purificar la mente, dos conceptos asociados a este color que implica presencia plena de luz. Este fenómeno se puede apreciar en las tradicionales postales de fin de año que inundan las redes sociales, bajo un mismo denominador común: la celebración del nuevo comienzo purificado.

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¿Por qué los argentinos eligen el blanco para Año Nuevo?

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Según la psicología cromática, el blanco simboliza la pureza, la belleza y la alegría. Sin embargo, su aspecto más relevante es que también refiere a la resurrección, la vida y la ascensión de los problemas.

"Cuando atravesamos situaciones psicológicas y físicas disarmónicas, vestirse de blanco o usar algún accesorio blanco y/o imaginarse envuelto en este color eleva nuestra vibración y nos hace sentir mejor", explica a PERFIL la psicóloga especialista en terapia SAAMA, Eleonora Beatrice. En este sentido, vestirse de blanco para recibir el año entrante implicaría estar en sintonía con un "renacimiento" de distintos aspectos de las personas. 

En tanto, el rayo blanco "es la combinación de luces de diferentes colores: azul, dorado, rosa, verde y violeta, es decir contiene todas las características de estos colores", por lo que no es un color en si mismo sino que posee una luz compuesta por la suma de todos los colores.

En esa linea, la radiación que atrae este color viene con nuevas y buenas energías, algo muy necesario en el caso de los argentinos luego del cimbronazo que representó la pandemia de coronavirus en distintos aspectos de la vida cotidiana, como la economía familiar y la distorsión de los vínculos.

De esta manera, cada vez son más los que eligen un outfit de este color para encarar el Año Nuevo de manera positiva y cargado de esperanza respecto al porvenir. El color que simboliza la pureza ayuda en el proceso de reflexión acerca del balance del año, "limpiando" todo lo negativo que implicó el año corriente para encarar el próximo período estando mas liviano y ser permeable a absorber lo bueno. 

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¿Cuál es el origen del ritual de vestirse de blanco para año nuevo?

Al igual que otras prácticas culturales, vestirse de blanco para las fiestas de fin de año es un ritual cuyo origen no es claro dado que cuenta con muchas versiones que varían según cada país. 

Sin embargo, una de las teorías más fuertes adjudican el origen de este rito a Brasil, sitio donde acontece la tradicional fiesta Reveillón, en la que espectaculares fuegos artificiales iluminan la Bahía de Copacabana cada 31 de diciembre, en uno de los eventos más característicos de fin de año a nivel mundial y que atrae a cientos de turistas. 

En la popular ceremonia, millones de personas vestidas de blanco se reúnen en la icónica playa de Río de Janeiro para dejar sus ofrendas a Lemanjá, la diosa de los navegantes y madre de los peces que “protege el hogar y la fertilidad”, en virtud de quien se hacen ofrendas de flores, comida y perfumes mientras los tambores retumbaban con ritmos africanos.

cdi cp