Giordano, Mogetta y Tillard serían despedidos por Javier Milei: “Si no se van, los rajo”

Javier Milei llegó a Roma pero está tomando decisiones mirando hacia la Argentina. El mandatario espera “que se vayan solos”, pero si no tomará la decisión él a su arribo a Buenos Aires. Este fin de semana tendrá su primera audiencia con el Papa Francisco junto a jóvenes empresarios, entre ellos cordobeses.

Aseguran que su malestar contra los mandatarios “se enfrió” aunque no está arrepentido. Pese a ello, trabajará en consecuencia para rediseñar el gabinete con fuerte presencia de “amarillos”. “Espero que se vayan solitos. Si no se van, los rajo”, dijo, según reconstruyó Clarín de fuentes inobjetables de la comitiva oficial.

Ya respaldó los dichos de Patricia Bullrich, quien sostuvo que “no se puede estar en la misa y la procesión al mismo tiempo”, en clara relación a los funcionarios del Ejecutivo que responden a gobernadores cuyos diputados votaron artículos contra su proyecto. La ministra de Seguridad es su espada filosa en su guerra planteada con los mandatarios provinciales.

Bullrich responsabilizó a los funcionarios “por lo que hacen sus familiares”, en una postura machista y en clara referencia al titular de la ANSeS, Osvaldo Giordano, cuya esposa, la diputada nacional Alejandra Torres, votó en contra de varios artículos.

Giordano tiene su despido ya asegurado, refrendan desde el entorno del Presidente. Pero no es el único de los que responden al ex gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y al actual Martín Llaryora: en la primera línea del Gabinete: también están en la mira el secretario de Transporte, Franco Mogetta; y el presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, adelantó Clarin desde Roma.

Adornis y las palabras...

La “depuración” de la que se habla en el Gobierno no sería lineal, sino que se analiza “caso por caso” hay algunos funcionarios que son respaldados por algunos ministros de Milei.

Ayer, en la rueda matinal que hace el vocero Manuel Adorni indicó que “el Presidente no evalúa ninguna renuncia”. Automáticamente se consideró un visto bueno para los funcionarios cordobeses; en realidad el juego de palabras fue claro. Milei no evalúa una "renuncia hasta el momento", al parecer quiere despedirlos.