El Banco Central Europeo debería continuar elevando las tasas de interés en grandes incrementos en sus reuniones de octubre y diciembre antes de reevaluar y posiblemente cambiar a un ritmo más lento, dijo el gobernador del banco central de Francia, François Villeroy de Galhau.
El BCE ha adoptado una postura agresiva contra la inflación en las reuniones de julio y septiembre, y ha elevado su tasa de interés en 125 puntos básicos. Villeroy ha respaldado las medidas más restrictivas y respalda nuevos aumentos para que la tasa de depósito pase del 0,75% a “por debajo o cerca” del 2% para fin de año, un nivel que, según él, es un escenario neutral. Más allá de eso, está instando a más cautela.
“Deberíamos llegar allí sin dudarlo”, dijo Villeroy en una entrevista con el periódico holandés NRC publicada el martes. “Podríamos comenzar entonces una segunda parte del viaje, una más flexible y posiblemente más lenta: no digo que las alzas de tasas se detengan allí, pero tendremos que evaluar de manera integral la inflación y las perspectivas económicas”.
El Banco Central Europeo confirma su política agresiva contra la inflación
Los comentarios apuntan a un debate inminente en el BCE sobre cómo conciliar la lucha contra la inflación con la protección de una economía con un riesgo creciente de recesión. Predecir las variaciones futuras a las tasas de la institución se ha vuelto más difícil, ya que el contexto volátil la llevó a abandonar la orientación formal y a adoptar un enfoque de reunión por reunión para las decisiones de política monetaria.
Villeroy dijo que pronosticar cuánto aumentará el BCE las tasas en un momento dado es un “juego de apuestas”, ya que los banqueros centrales tienen un enfoque más amplio, que también analiza las condiciones financieras de las empresas y los hogares. Esas condiciones “se han endurecido de manera significativa recientemente debido al deterioro de los mercados”, dijo.
El banquero central francés también moderó las preocupaciones sobre el sector financiero debido al aumento de las tasas. A medida que el BCE aumenta los costos de endeudamiento para combatir la inflación subyacente, impulsará la utilidad de los bancos, dijo.
“Por lo tanto, los bancos europeos son más sólidos de lo que algunos temían”, dijo Villeroy.