Los países europeos que ya se tambalean por la inflación récord corren el riesgo de agravar su situación con la decisión de cerrarse a las importaciones de petróleo ruso.
Mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, promete que el embargo planificado se implementará “de una manera que nos permita a nosotros y a nuestros socios asegurar rutas de suministro alternativas”, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck ha advertido que la principal economía de la región sufrirá, citando una posible escasez y una mayor presión alcista sobre los precios.
El paso se considera más manejable que interrumpir los flujos de gas natural ruso. Pero una prohibición del petróleo deja al mundo con menos suministro, al tiempo que Estados Unidos y Europa enfrentan la inflación más rápida en décadas junto con una confianza debilitada debido a la guerra en Ucrania.
“El petróleo ruso puede reemplazarse en el mercado mundial a corto plazo, pero con costos adicionales y desafíos logísticos”, dijo el miércoles el grupo comercial de la industria alemana BDI. “Dado el embargo de petróleo, los precios de la energía probablemente seguirán subiendo”.
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Durante mucho tiempo, la UE se ha preguntado si puede soportar ser aislada de uno de los principales proveedores de energía, dado que el año pasado recibió más de una cuarta parte de sus importaciones de petróleo de Rusia.
El impacto a corto plazo de la propuesta de la UE debería ser limitada porque el cronograma está en línea con los planes existentes de los Gobiernos para dejar de lado el petróleo ruso, según Klaus-Jürgen Gern, economista del Instituto de Kiel para la Economía Mundial.
Aun así, los mercados de productos refinados como el diésel, donde Rusia es un proveedor importante, pueden “volverse estrechos y los precios podrían aumentar aún más”, dijo Gern por teléfono. Y aunque los bloqueos en China podrían facilitar la búsqueda de alternativas a Rusia para obtener petróleo, eso podría cambiar si la economía del país asiático se recupera.
Los economistas de JPMorgan Malcolm Barr y Greg Fuzesi dijeron en un informe a los clientes que los planes de la UE no cambian la perspectiva económica, y advirtieron que persisten las incertidumbres sobre el suministro de energía.
No todo el mundo está contra Rusia
El paso más extremo sería la prohibición del gas natural ruso, que en su mayoría fluye a través de gasoductos y es más difícil de reemplazar que el petróleo, porque las entregas marítimas de otros proveedores no pueden cubrir el déficit
Amenaza del gas
El FMI calcula que la producción de la UE en 2023 sería aproximadamente un 3% más baja sin las importaciones rusas de petróleo y gas.
Para Alemania, el Bundesbank dice que existe el riesgo de que la actividad se reduzca casi un 2% en 2022 si un embargo energético conduce a restricciones en los proveedores de energía y la industria. Algunos analistas han argumentado que el impacto sería menos severo, y que la economía sería capaz de manejar el choque.
UBS Global Wealth Management señaló que si bien es probable que el impacto del embargo en el crecimiento económico de Europa sea “manejable”, la incertidumbre sobre los suministros probablemente “mantendrá sostenidos los precios de la energía”.