El seleccionador de acciones más famoso del mundo demostró un interés creciente en estos valores en el tercer trimestre -incluido el gesto infrecuente de comprar acciones de su propia empresa-. Ahora, el declive del mercado en octubre abre la puerta a que Warren Buffett finalmente reduzca su nivel gigantesco de efectivo.
El presidente de Berkshire Hathaway Inc. dedicó más dinero a compras de acciones durante el trimestre pasado que en más de cuatro años. Buffett también gastó US$928 millones en recompras de acciones durante algunas semanas de agosto, gesto que normalmente ha desdeñado. Las recompras ascendieron a menos del 1 por ciento del efectivo de la compañía pero marcaron un nuevo precedente.
“Es muy importante por la señal que transmiten”, dijo en una entrevista telefónica Jim Shanahan, analista de Edward Jones. “Han mostrado una disposición a emplear efectivo para recomprar la acción si ésta alcanza un valor que consideran inferior al valor intrínseco”.
Últimamente, Buffett, de 88 años, enfrenta un dilema. Siempre ha preferido usar el efectivo de Berkshire para buscar grandes transacciones o adquirir acciones de compañías como Apple Inc. y Coca-Cola Co. Si bien tener “una o más adquisiciones grandes” continúa siendo uno de los objetivos, se ha quejado de que los precios, en el caso de muchas empresas, han alcanzado “máximos históricos”. Esto le ha generado dificultades a la hora de poner a trabajar fondos líquidos que superaron los US$100.000 millones en los cinco últimos trimestres.
“Berkshire fue una entidad de referencia” para las transacciones durante muchos años, dijo en entrevista telefónica Cathy Seifert, analista de CFRA Research. “Pero ahora hay mucha competencia en el mercado de fusiones y adquisiciones”.
Tener demasiado efectivo es un problema de lujo posibilitado por empresas con buen desempeño en toda la franja del conglomerado de energía, ferrocarriles y empresas minoristas. El repunte de la división de seguros de la empresa llevó a que la ganancia operativa se duplicara a US$6.880 millones en el tercer trimestre.
Pero mantener semejante cantidad de efectivo ha generado presiones de los inversores para que se lo utilice o se lo devuelva a los accionistas mediante recompras y dividendos.
“Si se tratara de cualquiera de las compañías de su propiedad, no entendería por qué no recompran un montón de acciones”, dijo en una entrevista telefónica Bill Smead, cuya firma Smead Capital Management administra US$2.200 millones, que incluyen acciones de Berkshire.
La junta directiva de Berkshire reconoció esa presión en julio con una política de recompra menos rigurosa, lo cual permitió a Buffett y al vicepresidente Charlie Munger recomprar capital accionario siempre que les pareciera que las acciones estaban por debajo del valor intrínseco. La política anterior los limitaba a comprar acciones sólo cuando el precio era inferior a una prima del 20 por ciento con relación al valor libro.
Buffett recompró US$1.200 millones de la sucesión de un antiguo accionista en 2012, pero ha especificado a los accionistas que prefiere encontrar otros usos para ese dinero a menos que los precios sean lógicos. Durante la asamblea anual de mayo, Buffett dijo que prefería recompras de acciones antes que un dividendo especial.
Ahora, el peor mes para las acciones estadounidenses en siete años abarató significativamente a varias de sus compañías favoritas. Las acciones de Apple Inc., la máxima tenencia de Berkshire, cayeron 8,1 por ciento desde fines de septiembre, mientras que Bank of America Corp. se desplomó 5,3 por ciento en ese período.
El miedo en el mercado “genera precios que me llevan a querer mover el dinero lo más rápido posible”, dijo Buffett en agosto en entrevista con David Westin en Bloomberg Television. “Pero hemos estado moviendo dinero de todas formas”.
Pudo tocar levemente sus fondos líquidos durante el tercer trimestre, reduciéndolos de US$111.000 millones a fines de junio a unos US$104.000 millones.