Estados Unidos y la Unión Europea se comprometerán a intensificar la coordinación de medidas de seguridad como las restricciones a las exportaciones, la detección de la salida de tecnologías y los controles de la inversión extranjera para luchar contra la coerción económica de países como China.
EE.UU. y la UE también se comprometerán en la cuarta reunión del Consejo de Comercio y Tecnología (TTC, por sus siglas en inglés), que se celebrará a fines de este mes, a abordar estos temas en el marco del Grupo de los Siete, así como de la Organización Mundial del Comercio, según un borrador de las conclusiones del TTC al que tuvo acceso Bloomberg.
Los aliados occidentales se esfuerzan por encontrar una estrategia para hacer frente a la creciente influencia económica de Pekín, sobre todo teniendo en cuenta que sus cadenas de suministro dependen tanto de China.
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Bloomberg informó esta semana que los líderes del G7 reunidos este mes intentarán enviar una señal a China anunciando un esfuerzo conjunto para contrarrestar la coerción económica. Es probable que esos esfuerzos se limiten al principio a la coordinación y el intercambio de información, más que a acciones más tangibles.
Washington y Bruselas se comprometerán a “continuar la coordinación en el ámbito del control de las exportaciones y la cooperación en materia de control de las inversiones y a abordar los desafíos que plantean, entre otros temas, las políticas y prácticas no comerciales y la coerción económica”, según el borrador de la declaración, que aún podría ser modificado.
La declaración destaca la preocupación de EE.UU. y la UE por el uso de la coerción económica para “inducir o influir en un Gobierno extranjero para que tome, o no tome, una decisión o acción con el fin de lograr un objetivo político o político estratégico”.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
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Los responsables políticos de EE.UU. y la UE han criticado repetidamente la decisión de China de bloquear las exportaciones lituanas tras la decisión del país en 2021 de abrir una misión de Taiwán de facto en Vilna. La medida provocó una reacción violenta de Pekín y se tradujo en una caída del 75% de las exportaciones lituanas a China.
El borrador de la declaración incluye un compromiso bilateral para coordinar los esfuerzos relacionados con el control de las exportaciones y el escrutinio de las inversiones, especialmente en lo que respecta a los semiconductores y otras tecnologías sensibles que plantean riesgos para la seguridad nacional.
Las dos partes también quieren garantizar la “aplicación coherente” de las sanciones y colaborar con terceros países para frenar el transbordo y la evasión de mercancías “sensibles” a Rusia y Bielorrusia.
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“Seguiremos cooperando entre nosotros y trabajaremos con otros Estados en el fortalecimiento de controles de exportación eficaces y responsables para hacer frente a los retos que plantean el uso indebido y el desvío ilícito de tecnologías críticas para el desarrollo de armas de destrucción masiva”, decía el borrador del documento.
Tras casi dos años de negociaciones comerciales transatlánticas, el Gobierno de Joe Biden y la UE pretenden obtener resultados económicos concretos en la reunión del Consejo de Comercio y Tecnología que se celebrará los días 30 y 31 de mayo en Suecia.
Según el borrador, ambas partes tienen previsto presentar una serie de acuerdos bilaterales relacionados con las tecnologías energéticas limpias, incluida una declaración de buenas prácticas sobre contratación pública ecológica y normas conjuntas relacionadas con la recarga de vehículos eléctricos.
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Los responsables políticos europeos han venido exigiendo resultados concretos de las conversaciones bilaterales, pero sigue sin estar claro si las dos partes podrán llegar a un acuerdo sobre minerales esenciales que ayude a aliviar las tensiones transatlánticas relacionadas con las subvenciones estadounidenses a la energía verde.
El documento refleja esa incertidumbre al incluir una disposición provisional para los detalles sobre un acuerdo de minerales críticos, que esencialmente permitiría a las empresas de la UE aprovechar algunas de las ventajas de la Ley de Reducción de la Inflación sobre los 50 minerales definidos como críticos en la ley.
Tecnología avanzada
La declaración conjunta contiene otras disposiciones que regulan la colaboración transfronteriza en cuestiones de tecnología avanzada y cadenas de suministro de semiconductores.
Según la declaración, ambas partes han creado un “mecanismo conjunto de alerta temprana” para las interrupciones de la cadena de suministro de semiconductores y un mecanismo de transparencia para el intercambio recíproco de información sobre ayudas públicas.
El borrador también señala que tanto EE.UU. como la UE se han comprometido a evitar una carrera de subvenciones a los semiconductores a partir del apoyo estatal mutuo a la fabricación nacional de chips.
El documento también incluye planes para crear normas y mejores prácticas transatlánticas para otras tecnologías modernas, como la inteligencia artificial, la computación cuántica, la recarga de vehículos eléctricos, la impresión en 3D y las redes de telecomunicaciones inalámbricas de sexta generación.