Mientras la guerra comercial entre Estados Unidos y China continúa, las tensiones están exponiendo crecientes divisiones entre China y Silicon Valley.
Los principales capitalistas de riesgo y fundadores de startups expresaron su preocupación por las feroces diferencias de sus gobiernos y las posibles consecuencias. Entre los peligros están la disminución de la inversión transfronteriza, la interrupción en la cadena de suministro y una menor colaboración en campos como la inteligencia artificial, la tecnología inalámbrica y la investigación oncológica.
Están surgiendo signos de problemas en todo ámbito, desde el capital de riesgo hasta la realización de películas. La recaudación de dinero para fondos de capital de riesgo basados en dólares en China ha bajado un 75%, estima Gary Rieschel, socio fundador de Qiming Venture Partners. Olivia Hao, ejecutiva de la startup de producción cinematográfica Baozou, con sede en Pekín, dijo que cada vez es más difícil hacer inversiones o comprar otras compañías en EE.UU.
“Antes, la gente quedaba impresionada cuando decíamos que teníamos guionistas de Hollywood”, dijo Hao el miércoles al margen del Foro de la Nueva Economía Bloomberg en Pekín. “Ahora la gente dice: ‘¿por qué no usan más realizadores chinos?’”.
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China y EE.UU. están acercándose a un acuerdo comercial pero el deterioro de la situación en Hong Kong y el proyecto de ley estadounidense sobre el estado especial la ciudad amenazan con detener las negociaciones.
La lucha para liderar el sector tecnológico está en el centro de las tensiones entre China y EE.UU. En las últimas décadas, los dos países han tejido una cadena de suministro mundial que ayudó a crear innovaciones como el iPhone de Apple Inc. y las industrias de propulsión como la inteligencia artificial y la robótica.
El dinero estadounidense ha llegado a China, prestando el capital esencial para crear muchas de las principales compañías tecnológicas como Alibaba Group Holding Ltd. y Tencent Holdings Ltd. Ingenieros chinos y estadounidenses han cruzado ambos países, impulsando la innovación tanto en startups como en grandes empresas. Todo eso está bajo el microscopio ahora que EE.UU. está restringiendo la inversión china en territorio estadounidense y examinando detenidamente los flujos de capital entre ambos países.
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“El capital extranjero sigue siendo el principal proveedor de capital de riesgo en etapa inicial en China”, dijo Rieschel. Agregó que “el 82% del capital de riesgo va a EE.UU. y China, estos dos países tienen que trabajar juntos en áreas como la inteligencia artificial”.
Cada vez más, las empresas tecnológicas estadounidenses, los capitalistas de riesgo y las nuevas empresas enfrentan una elección limitada sobre cómo tratar con China: O tome el país al pie de la letra y decida que, como negocio racional, las ganancias importan más que cualquier tipo de terreno moral, o tome una decisión consciente de dejar de buscar negocios en un país que requerirá que adhiera a sus puntos de vista dentro —y fuera— de sus fronteras.
Hay indicios de que Silicon Valley, que durante mucho tiempo evitó la política y entabló una estrecha relación con China, ahora está comenzando a cambiar. Las empresas de capital de riesgo y startups estadounidenses rechazan a socios e inversionistas limitados chinos. Hay sospechas en torno a las startups chinas en los campos de semiconductores, inteligencia artificial y robótica que quieren hacer negocios en EE.UU. o intentar atraer fondos de capitalistas de riesgo estadounidenses.
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Una serie de startups chinas también se están hartando de la opinión de que Silicon Valley es el bastión de la innovación.
“Por supuesto, a China le tomará años ponerse al día con tecnología profunda como la usada en chips, pero cuando se trata de áreas como logística y venta minorista, China se está moviendo mucho más rápido”, dijo Spencer Deng, fundador de la startup Dorabot, con sede en Shenzhen y con oficinas en Atlanta. “En los últimos tres años, ¿puede nombrar una nueva innovación surgida de Silicon Valley?”, dijo.
Dorabot está trabajando con empresas como Walmart Inc. y United Parcel Service Inc. en tecnología automatizada.
China también está tomando medidas para reducir su dependencia en áreas clave de tecnología, incluidos los chips. “La industria de semiconductores de China está avanzando, serán competidores en el escenario global, y nos proporciona un excelente lugar para invertir”, dijo Neil Shen, socio gerente y fundador de Sequoia Capital China.
La ambición del país para su industria de semiconductores creció en los últimos años, ya que gasta más en importar conjuntos de chips que petróleo cada año. Pekín ha inyectado decenas de miles de millones de dólares en su joven sector de chips para construir megafábricas y atraer a los mejores talentos a medida que China intenta reiniciar su economía con manufactura avanzada.
Aviso: Bloomberg Media Group, una división de Bloomberg LP, la matriz de Bloomberg News, organiza el Foro de la Nueva Economía.