La tasa de inflación mensual de Argentina cayó a un mínimo de 29 meses en abril a medida que se detuvo la actividad económica en la segunda economía más grande de Suramérica.
Los precios al consumidor subieron 1,5% en abril en comparación con marzo, una disminución significativa frente a la cifra mensual anterior de 3,3%. Hace un año, la inflación era de 45,6%. Se desaceleró pese a las medidas de estímulo económico del Gobierno que han impulsado significativamente la cantidad de dinero en el sistema financiero desde el inicio de la cuarentena.
El presidente, Alberto Fernández, implementó una cuarentena en todo el país el 20 de marzo (que sigue en curso), por lo que abril es el único mes hasta ahora que refleja su impacto económico total. La actividad colapsó el mes pasado; los ingresos fiscales del Gobierno cayeron desde marzo y solo aumentaron 12% a nivel anual, muy por debajo de la inflación anual.
La cuarentena también afectó la manera en que la agencia argentina de estadísticas INDEC recopilaba datos. Solo pudo realizar encuestas telefónicas, por correo electrónico y en línea, en lugar de las entrevistas tradicionales en persona. No está claro qué tanto impactó el cambio de metodología en los datos.
Otro factor clave que afecta los datos es que el Gobierno de Fernández congeló el precio de servicios públicos como el gas y la electricidad. También detuvo los aumentos de precios en 2.300 productos que considera esenciales, impactando los precios de los alimentos, entre otros.