La variante Ómicron llegó a Estados Unidos a encontrarse con un sistema de atención médica acostumbrado a los aumentos repentinos de brotes de covid-19 pero debilitado por casi dos años de lucha contra la pandemia sin un final a la vista.
La disponibilidad de vacunas, tratamientos y suministros constantes de equipos de protección han hecho que muchos hospitales estén mejor dotados que nunca para hacer frente a las admisiones por covid que han aumentado a nivel nacional desde principios de noviembre.
Pero los trabajadores de la salud están agotados por la lucha contra el virus, y un público cansado ha abandonado las precauciones que frenaron la propagación temprana del SARS-CoV-2. Aún se desconoce mucho sobre ómicron, que apareció por primera vez en EE.UU. el miércoles en California, incluida su respuesta a las vacunas y su capacidad para causar infecciones graves.
Estados Unidos endurece requisitos para entrar al país por la variante ómicron de Covid-19
Otro caso fue identificado en un hombre vacunado de Minnesota que había viajado recientemente a la ciudad de Nueva York para una convención de anime, dijo el Departamento de Salud de Minnesota el jueves. Los síntomas del hombre eran leves y se resolvieron, dijo la agencia.
Partes del país que ya están bajo presión por la reciente ola impulsada por delta observan con recelo la nueva variante.
“La idea de tener otra ronda de casos de covid impulsados por una nueva variante que aún no entendemos completamente nos pondría en una situación insostenible”, dijo Brian Peters, director ejecutivo de la Asociación de hospitales y salud de Michigan.
A nivel nacional, casi cuatro de cada cinco camas de cuidados intensivos están ocupadas. Los pacientes con covid representan el 17%. Después de caer desde un pico a fines del verano, las admisiones hospitalarias por coronavirus en EE.UU. comenzaron a aumentar nuevamente en noviembre, llegando a más de 6.000 por día, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El primer caso confirmado de ómicron en EE.UU. fue identificado en San Francisco en un viajero que se encontraba aislado después de regresar a casa desde Sudáfrica. La variante alarmó al mundo a fines de noviembre cuando las autoridades de ese país identificaron mutaciones que podrían hacerla más transmisible que variantes anteriores. Podrían pasar semanas antes de que los científicos descubran si esos cambios preocupantes significan que la variante se propagará más rápido, enfermará a las personas o debilitará las defensas inmunológicas.