En conversación con Canal E, el analista político Carlos Ares analizó el impacto del último resultado electoral y advirtió sobre una profunda distancia entre el poder y la gente.
“El poder vive encerrado en un tupper”
Para Ares, el mensaje de las urnas volvió a sorprender al poder porque “no es la primera vez que la sociedad, con su voto, desconcierta al poder económico, político y mediático”.
Según explicó, esa sorpresa se repite porque los dirigentes “viven encerrados en un tupper, donde se discuten los problemas de ellos, las relaciones políticas y los intereses particulares, perdiendo contacto con la realidad”.
El analista remarcó que esta desconexión se percibe más allá de los resultados electorales: “Cuando los políticos hablan, uno dice: qué raro, están hablando de un país que no es el que se ve en la calle”.
Ares extendió esa crítica también a periodistas y analistas: “Hay una desconexión entre lo que ellos piensan y lo que le pasa a la mayoría de la gente”.
Para el entrevistado, la clave del voto reciente estuvo en el componente emocional: “La gente vota desde la emoción, la ilusión y la frustración de años de esperar que las cosas cambien”. Citó incluso al expresidente uruguayo José Mujica, al recordar que “los políticos deberían vivir como la mayoría que los vota, para mantener el contacto con la calle y no con los asesores”.
“El voto fue un apoyo condicionado”
Ares subrayó que el sufragio no debe leerse como un cheque en blanco, sino como un mensaje de advertencia. “El voto es de apoyo, pero de apoyo condicionado: o reaccionan sobre lo pendiente o en dos años votaremos a otro”, afirmó.
Según su análisis, las elecciones de medio término suelen cumplir ese papel: “Sirven tanto para confirmar algunas políticas como para advertir que hay cosas que mejorar”.
Para el analista, la sociedad sigue reclamando lo mismo elección tras elección: “Queremos otra cosa, queremos cambiar”. Sin embargo, cuestionó que los partidos tradicionales no han sabido interpretar ese mandato: “El peronismo y el radicalismo se fueron agotando, no dieron respuestas y cuando tuvieron todo el poder, terminaron generando más pobreza y escándalos de corrupción”.
Ares señaló que ese agotamiento abre una oportunidad para la renovación política: “Los dirigentes peronistas que no son kirchneristas deberían reconvertirse en una fuerza más democrática y decente”.
Y concluyó con un llamado al equilibrio institucional: “Deberíamos aspirar a una alternancia natural, donde gane quien gane, lo central no cambie y se mantenga lo que la gente quiere”.