Una vez más disminuyó el consumo de carne. Esta vez, fue un 6% y es el porcentaje del mes de enero. Ante los aumentos y la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores, hubo un recorte en las compras y se vio reflejado en las góndolas.
Aumentos que no se sostienen
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con la ingeniera agrónoma, Paulina Lescano quien explicó que, “a pesar de que el mercado venía convalidando la suba hasta diciembre, con las últimas subas no se pudo sostener”.
En ese sentido, la entrevistada sostuvo que, “en una economía en la cual estamos entrando en recesión, eso se manifiesta justamente con una caída del consumo de la carne de vacuna”, pero que en algunos casos genera que el incremento “se vaya a otro tipo de carnes”.
Subas por encima de la inflación
Al ser consultada sobre la suba de un 377% en el año, Lescano expresó que efectivamente, “es el valor del precio en la góndola”. Y agregó: “El precio del kilo vivo de la hacienda no tuvo esa suba tan significativa. Solo en diciembre fue del 40%”.
Con respecto a los motivos por los cuáles el producto sube por encima de la inflación, la ingeniera sostuvo que, “desde el punto de vista productivo el kilo de animal vivo en relación al año pasado está más barato”. Y ejemplificó: “Por estos días, está a 2,2 dólares; mientras que el año pasado rondaba 2,55”.
Impuestos y Estado
Según Lescano, el productor no recibe ese 300% más, sino que el consumidor lo paga y en el medio a través de toda la cadena, se suman las distintas devaluaciones que hubo, más la sequía, falta de alimento y todos los costos que tiene la industria frigorífica.
Al finalizar, agregó: “Hay que tener en cuenta que toda la cadena de la carne tienen gran parte de impuestos que están por encima del 25%”.
