En diálogo con Canal E, Elisabet Piacentini, contadora y especialista en pymes, analiza el caso de un restaurante porteño que terminó en quiebra tras un juicio laboral millonario debido a errores en el registro de empleados y la normativa vigente.
Un despido que costó 200 millones
"Este caso es una combinación explosiva", comenzó Piacentini, quien detalló que el trabajador en cuestión demandó a su empleador por despido durante el período de la doble indemnización y tras evidenciarse una mala registración de su empleo. "El problema aquí también fue con las propinas, que no se registraban en los recibos de sueldo, algo que disparó una multa por empleo mal registrado", añadió. Este problema derivó en una indemnización que ascendió a 200 millones de pesos, una cifra impagable para un restaurante, por exitoso que fuera.
La contadora destacó que el empleador cometió múltiples errores a lo largo de los años, como "no registrar correctamente las propinas", lo que generó una deuda impaga que se multiplicó con la inflación y los intereses durante la pandemia. "Cuando se reanudaron los juicios, los montos ascendieron de manera exorbitante por la acumulación de intereses y la actualización de la deuda", explicó Piacentini.
El impacto de la reforma laboral y la mala gestión empresarial
Piacentini también se refirió a la reforma laboral reciente y su impacto en situaciones como esta. Aunque algunas modificaciones fueron realizadas, "las reformas laborales de hace un año fueron tibias; apenas hubo cambios", dijo, destacando que la eliminación de la doble indemnización no fue suficiente para frenar situaciones como la de este restaurante. La contadora también resaltó que en este caso la situación del restaurante fue agravada por la "mala gestión", que incluyó el incumplimiento de las normas sobre el pago de sueldos en tiempos de pandemia. "El restaurante no pagó los sueldos completos, solo una parte mediante el ATP, lo que generó un conflicto legal que terminó en una sentencia millonaria", explicó Piacentini.
Además, Piacentini señaló que en Argentina, el costo de registrar a un empleado es extremadamente alto, lo que motiva a muchos empleadores a evitarlo. "El costo de regularizar el empleo en Argentina es el más alto del mundo, alrededor del 35% del sueldo, lo que genera un escenario complejo para las pymes", agregó, refiriéndose a la alta carga tributaria que enfrentan los empleadores.