La dolarización es una de las principales medidas que propone el presidente Javier Milei para estabilizar la economía nacional. Dicha medida se implementó en Ecuador y tiene altísimos niveles de aprobación.
En este contexto, el equipo de Canal E se comunicó con el economista ecuatoriano Francisco Zalles, quien habló sobre el impacto de la dolarización en Ecuador y sobre su posible implementación en la Argentina.
Dolarización
“La credibilidad lo es todo y la secuencia de cambios fiscales radicales tiene mucho que ver. El cambio monetario es el más importante y más rápido, el que le va a dar más credibilidad”, dijo Zalles, quien luego completó: “Si eso no se da, puede haber más resistencia política”.
“Es una medida muy popular, la mayoría de los argentinos ya están dolarizados”, disparó el economista. “Hay varias formas de dolarizar la economía, la forma ecuatoriana es la peor”, añadió.
“Si se dolariza a la Argentina en un año sería un país completamente diferente, tiene una gran cantidad de plata debajo del colchón”, explicó el analista. “Se puede dolarizar a mil pesos por dólar”, complementó.
En esa misma línea, el entrevistado dijo que el shock de confianza haría devolver una gran cantidad de depósitos al sistema. “Fuera de Estados Unidos, Argentina es el segundo país del mundo con mayor cantidad de dólares junto a Rusia”, amplió.
Luego, el economista dijo que en el momento en el que los pesos dejen de existir, la demanda de dólares bajará. “La dolarización es más popular que cualquier político”, añadió.
Asimismo, el entrevistado dijo que la dolarización es una política monetaria que no elimina la pobreza per se. “Si podemos observar que el salario mínimo es uno de los más altos en la región”, detalló.
“La dolarización desacopla al sector privado del público y facilita el cálculo económico”, disparó el entrevistado. “Esto desataría fuertemente el potencial productivo del país”, complementó.
Finalmente, Zalles dijo que no hay una relación fuerte entre los shocks exógenos y la dolarización, citando los casos de Panamá y Ecuador en el 2008. “En Ecuador fue un grave error no eliminar el Banco Central”, concluyó.
