El economista, Horacio Fazio, en diálogo con Canal E, explicó que la estabilidad inflacionaria actual sostiene políticamente al Gobierno, aunque no resuelve los desequilibrios de fondo de la economía.
El reciente dato del INDEC confirmó una inflación baja en comparación con los meses anteriores, pero Fazio recordó que el país sigue lejos de un escenario saludable. “Seguimos siendo uno de los países con mayor inflación en el mundo, al nivel de Zimbabwe”, sostuvo, subrayando que el alivio es exclusivamente relativo para quienes están acostumbrados a cifras de tres dígitos.
Según el economista, este descenso inflacionario es uno de los pilares del apoyo político que conserva el Gobierno. “La baja de inflación es el principal apoyo que hoy sostiene electoralmente a la administración”, destacó. Fazio también recordó que el respaldo explícito de Estados Unidos antes de las elecciones ayudó a evitar una corrida y contribuyó a la calma actual.
La percepción social, explicó, es que cualquier nivel de inflación inferior a los picos recientes constituye un beneficio. Sin embargo, puntualizó que Argentina continúa arrastrando un desempeño muy débil en empleo y producción. “La economía funciona al 60% de sus capacidades industriales y se ha venido perdiendo mucho empleo registrado”, afirmó.
¿Alcanza la estabilidad para sostener apoyo político?
Fazio advirtió que no está claro si la sociedad seguirá valorando únicamente la baja inflación de aquí a dos años. “No sabemos si de acá a dos años puede ser solo válido el apoyo del electorado basado en esa ventaja”, señaló.
Mencionó que factores como el crecimiento, el empleo y la recuperación del poder adquisitivo aún están lejos de resolverse. El economista evitó pronósticos definitivos, pero recordó que la estabilidad inflacionaria por sí sola podría no alcanzar para sostener la aprobación social durante el resto del mandato presidencial.
Obra pública, empleo y el rol del Estado
Consultado sobre los puntos que el Gobierno debería atender de inmediato, Fazio planteó que existen límites derivados de su postura ideológica. “Hay un condicionamiento ideológico: se autodefine como libertario, al margen de la intervención del Estado”, señaló.
Respecto a la obra pública, consideró que es insostenible relegarla sin activar mecanismos alternativos: “Tendría que activar los mecanismos para que el sector privado pueda asumir esa carga”, afirmó, refiriéndose a vías como concesiones o alianzas público-privadas.
Fazio remarcó que la infraestructura es una condición indispensable para la productividad, mencionando ejemplos recientes de empresas que tuvieron que cerrar por falta de accesos adecuados. “El requerimiento de obra pública es imprescindible para el propio funcionamiento de la actividad productiva”, concluyó.
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