En diálogo con Canal E, el periodista económico Tristán Rodriguez Loredo repasó los desafíos que enfrenta el Gobierno tras las elecciones legislativas, el rol del Banco Central y la necesidad de consolidar un presupuesto que blinde la estabilidad económica.
Un nuevo escenario político para la economía
Según Loredo, la economía argentina llegó a las elecciones “en un clima de incertidumbre y expectativas negativas”, debido a que los pilares de la desinflación —el superávit fiscal, el apretón monetario y la estabilidad del dólar— estaban en duda. Sin embargo, tras los comicios, “el marco político dejó de ser adverso y se volvió levemente favorable”.
El periodista explicó que el Gobierno logró “la cantidad de legisladores suficientes para ahuyentar cualquier problema de juicio político”, lo que le otorga margen para avanzar en acuerdos con los gobernadores. En ese sentido, destacó que “la prueba de amor será el presupuesto 2026”, que el oficialismo buscará aprobar en diciembre para asegurar gobernabilidad.
Además, Loredo señaló que el respaldo financiero internacional fue clave: “Desde Washington llegó el gran espaldarazo que permitió mantener estable el dólar pese a la falta de reservas”. Según su análisis, este apoyo fue determinante para que el Gobierno ganara tiempo y proyecte nuevos anuncios económicos en las próximas semanas.
Reservas negativas y desafíos monetarios
Consultado sobre la situación del Banco Central, Loredo fue categórico: “Argentina está con reservas negativas, estamos debiendo plata a las reservas”.
Explicó que esta situación se debe a dos factores principales: “Primero, a la gran deuda que dejó la administración anterior, y segundo, a que no se acumularon reservas porque se frenó la compra de dólares para evitar una suba del tipo de cambio”.
Sobre la política monetaria, el periodista observó que “la primera licitación de deuda del Banco Central tomó solo el 60% de lo ofrecido, porque bajó la tasa”, lo que interpreta como “el comienzo de un camino descendente tras meses de tasas altas y demanda insaciable de dólares”.
En cuanto a la política de bandas cambiarias, Loredo afirmó que “hoy no está en discusión, porque el dólar no ha pasado la banda superior”, aunque advirtió que su continuidad dependerá de “cuánto se flexibilice el control de cambios y cómo se regule el acceso al mercado”.
Finalmente, destacó que la baja en la demanda de dinero fue clave para explicar la calma cambiaria de las últimas semanas, pero insistió en que el panorama sigue frágil: “El gobierno tiene expectativas a su favor, pero no duran para siempre”.
Y concluyó: “Pasamos de un círculo vicioso a uno virtuoso, pero esas son tendencias que habrá que manejar con acuerdos y negociación”.