En diálogo con Canal E, el profesor de Historia Latinoamericana Lucas Luchillo analizó el fenómeno político del movimiento No Kings en Estados Unidos y su impacto en la interna republicana.
Un movimiento masivo y pacífico contra la figura de Trump
El especialista detalló que el movimiento No Kings nació “como una respuesta organizada al estilo de liderazgo de Donald Trump”. “Estados Unidos tiene una muy fuerte capacidad asociativa, con múltiples grupos organizados, y cerca de 200 de esos grupos organizaron la primera movilización No Kings en junio de este año”, señaló.
Según Luchillo, aquella primera convocatoria “reunió alrededor de 5 millones de personas, con un éxito muy significativo”, y su crecimiento fue exponencial. “El 18 de octubre realizaron una gran secuencia de movilizaciones con 7 millones de asistentes y 2.500 eventos en todos los estados”, detalló, subrayando que se trata de “un movimiento muy importante, bien organizado, con una consigna clara y una premisa de acción no violenta”.
El historiador destacó además el carácter pacífico y simbólico de las protestas: “Son manifestaciones coloridas, pacíficas y han tenido un impacto que va mucho más allá de la gente movilizada”, describió.
Trump, entre la polarización y el rechazo creciente
En cuanto al respaldo político del presidente, Luchillo explicó que las encuestas reflejan una sociedad dividida. “Hay un núcleo muy importante, duro, de 40% que apoya lo que hace Trump, y un 60% que en general está en contra”, afirmó. Según los últimos relevamientos, “la deriva autoritaria monárquica de Trump es rechazada por la mayoría de la población estadounidense”.
El profesor también analizó las diferencias internas dentro del propio Partido Republicano: “Entre los seguidores de Donald Trump, hay alrededor de un 20% que hoy cree que el país no está yendo en la dirección correcta”, puntualizó. En su opinión, este descontento podría abrir espacio a competidores dentro del mismo espacio conservador.
Consultado sobre si ese fenómeno podría frenar el avance de Trump en las elecciones de medio término, Luchillo fue cauto: “Es difícil anticiparlo, pero el sistema electoral estadounidense está muy condicionado por el carácter federal del país y por la distribución de distritos electorales”, explicó.
Además, advirtió que “las elecciones de medio término suelen favorecer a la oposición en Estados Unidos”, aunque reconoció que Trump “ha avanzado mucho en la consolidación de atribuciones del Ejecutivo respaldadas por la Corte Suprema, una armazón bastante sólida”.
Por último, Luchillo trazó un paralelismo con otros países: “En general es muy difícil encontrar un gobierno que conserve alta popularidad. Sociedades fragmentadas, con múltiples intereses, hacen que siempre haya sectores descontentos”, reflexionó.