En conversación con Canal E, el profesor de Historia Latinoamericana y Ciencia Política, Lucas Luchilo, analizó el auge del movimiento “No Kings” en Estados Unidos y su impacto en el panorama político republicano.
Un movimiento masivo contra el autoritarismo
Según Luchilo, el fenómeno “No Kings” nació en junio de este año y “logró reunir cerca de cinco millones de personas en su primera movilización”.
El especialista destacó que Estados Unidos “tiene una muy fuerte capacidad asociativa, con cerca de 200 grupos organizadores detrás del movimiento”, lo que explica su rápido crecimiento y capacidad de convocatoria.
El entrevistado precisó que la consigna central del movimiento es “rechazar cualquier deriva monárquica o autoritaria en la figura de Donald Trump”, algo que “ha sido percibido por gran parte de la población como un riesgo para la institucionalidad estadounidense”.
Además, resaltó que se trata de “manifestaciones coloridas, pacíficas y con una premisa de acción no violenta”, las cuales se replicaron recientemente “en más de 2.500 eventos en todos los estados del país, con unos siete millones de asistentes”.
Luchilo explicó que las encuestas reflejan un rechazo mayoritario hacia la figura de Trump: “Hay un 40% que lo apoya firmemente, pero un 60% que está en contra y lo percibe como un personaje autoritario que vulnera la organización constitucional”.
Polarización, desgaste y proyección electoral
El profesor señaló que la sociedad estadounidense vive un clima político altamente polarizado. “El 90 y pico por ciento de los demócratas piensa que el país va para mal, mientras que sólo el 24% de los republicanos cree que no está yendo en la dirección correcta”, explicó.
Incluso dentro de la base republicana, “alrededor del 20% de quienes votaron a Trump hoy consideran que el país no está en el rumbo adecuado”, apuntó.
En cuanto a la dinámica política del país, Luchilo indicó que “es difícil encontrar un gobierno que conserve alta popularidad después de cierto tiempo”, y que esto no sólo ocurre en Estados Unidos: “En el Reino Unido pasa lo mismo; es mucho más fácil ser oposición”.
Agregó que “en sociedades muy fragmentadas, con múltiples intereses, cada decisión de gobierno genera descontento en algún sector”.
Respecto del futuro de Trump y su espacio, el analista remarcó que el sistema electoral estadounidense “está condicionado por la distribución de distritos uninominales”, lo que favorece a ciertos sectores. “Los gobiernos republicanos y algunos demócratas están retocando los distritos para conservar representación política”, advirtió.
Finalmente, anticipó que las elecciones de medio término podrían beneficiar a la oposición: “Históricamente, las elecciones legislativas en Estados Unidos favorecen a quienes no están en el poder”.
Sin embargo, alertó que “Trump ha avanzado en consolidar atribuciones del Ejecutivo, respaldadas por la Corte Suprema, conformando una estructura de poder bastante sólida”.