En conversación con Canal E, el periodista y abogado Pablo Galeano reflexionó sobre los resultados electorales que dieron la victoria a La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, tras el sorpresivo retroceso del kirchnerismo.
“Vos ponés el foco en Buenos Aires, pero el título podría ampliarse: el país se ha pintado de violeta”, señaló Galeano, destacando la magnitud nacional del fenómeno libertario. Según explicó, los analistas se apresuraron a justificar un resultado que “pocos esperaban, aunque ahora todos digan que lo veían venir”, reflejando el desconcierto del peronismo tras perder su bastión histórico.
Para el analista, los números no dejan dudas: “El peronismo perdió, más allá de los titulares que intentan mostrar lo contrario”. Galeano consideró que la interpretación de algunos sectores que ven en esta derrota una “victoria simbólica” responde más a especulaciones que a la realidad política.
Un giro electoral que reconfigura la política nacional
En su lectura del escenario, Galeano subrayó que la estabilidad económica actual no proviene de un cambio interno, sino de un respaldo internacional: “La macro y la microeconomía siguen igual, lo único que cambió es el mensaje de tranquilidad que dio Estados Unidos ante el triunfo de Milei”, afirmó.
Además, el periodista advirtió que si se repiten escenarios de crisis, “ya no se le va a poder echar la culpa al peronismo”, lo que podría alterar profundamente el discurso opositor. En ese sentido, consideró que algunos dentro del movimiento justicialista celebran la derrota porque “si el país se derrumba, no podrán responsabilizarlos esta vez”.
Reforma laboral y pérdida de sentido del discurso peronista
Consultado sobre la inminente reforma laboral, Galeano fue categórico: “Hoy el trabajador informal no tiene ningún derecho. Entonces, cuando le dicen que se los van a quitar, se pregunta: ¿de qué derechos me están hablando?”.
El periodista consideró que el argumento histórico del peronismo —la defensa de los derechos laborales— perdió fuerza ante un mercado dominado por la informalidad y la precarización: “No podés asustar a alguien con algo que no lo afecta”, sostuvo.
A su juicio, esto explica por qué “el discurso de los derechos ya no entusiasma más allá del núcleo duro peronista”. Galeano también remarcó que la Argentina atraviesa una división profunda: “El país sigue dividido entre peronistas y antiperonistas, aunque cambien los nombres y las coaliciones”.
Finalmente, destacó un aspecto positivo del proceso: “Más allá de todo, la Argentina tiene instituciones fuertes. Cambiamos de un gobierno de centroizquierda a uno de ultraderecha sin que el sistema colapse”, subrayó, y concluyó que esa fortaleza institucional es “lo único que nos permite soportar los vaivenes del péndulo político”