La especialista en Comercio Internacional, Yanina Lojo, en diálogo con Canal E, explicó el alcance preliminar del acuerdo bilateral y cómo podría reconfigurar el posicionamiento argentino.
Argentina ante una oportunidad geopolítica clave
Aunque aún se conocen pocos detalles del acuerdo marco entre Argentina y Estados Unidos, Janina Alojo advierte que el impacto podría sentirse en múltiples frentes. “Se conocen pocos detalles y tenemos que esperar para tener mayor claridad”, explicó, remarcando la necesidad de cautela hasta que se publiquen los términos definitivos.
Sin embargo, Alojo considera que incluso el anuncio del entendimiento ya constituye un avance estratégico. “Hay una ganancia geopolítica porque Estados Unidos refuerza su liderazgo en la región”, señaló, destacando el contexto de competencia global entre Washington y Beijing.
De acuerdo con la especialista, Argentina recibe un beneficio doble: respaldo financiero reciente y ahora un apoyo comercial que podría mejorar su perfil reputacional. “La posibilidad de atraer inversiones es considerable”, afirmó, aludiendo a la apertura para sectores como minería y manufacturas.
Alojo sostuvo que el anuncio de tratamientos arancelarios diferenciales ya está generando interés: empresas extranjeras podrían instalarse en Argentina para aprovechar cupos o beneficios destinados a sectores estratégicos, como minerales clave o industrialización básica. Si el país logra posicionarse adecuadamente, sostiene, el acuerdo podría traducirse en un aumento de exportaciones y en un reimpulso de la inversión extranjera directa.
Aranceles, cupos y la reacción regional
En materia tarifaria, Lojo destacó la importancia de diferenciar barreras arancelarias y para–arancelarias. Explicó que, por ahora, lo difundido incluye ampliaciones significativas: el cupo de importación de carne pasaría de 20.000 a 80.000 toneladas, con aranceles diferenciales. A ello se suman cupos para acero y aluminio. “En lugar de tributar el 50%, pasarían a tributar un arancel prácticamente nulo”, señaló, aunque aclaró que aún no se conoce el valor exacto.
Los minerales como litio y cobre también entrarían en un esquema especial, así como medicamentos no patentados. Todo esto, según Alojo, podría dinamizar exportaciones y abrir un nuevo ciclo de integración productiva con Estados Unidos. No obstante, insistió en que los detalles finales del acuerdo serán los que determinen su verdadero alcance.
Sobre el impacto regional, la especialista consideró improbable que Brasil interprete el movimiento como una amenaza. “Brasil también está haciendo su propia negociación”, recordó, apuntando que el gigante sudamericano avanzó incluso esta semana en su tratado bilateral con Estados Unidos. Brasil y Argentina, además, ya habían negociado cupos similares en 2018 para acero y aluminio, por lo que esta dinámica no resulta novedosa.
Lojo destacó que Uruguay también posee su propio acuerdo de comercio e inversiones con Estados Unidos, por lo que el nuevo escenario podría revitalizar la discusión dentro del Mercosur. Según su visión, este acercamiento podría “abrir la puerta para que el Mercosur mire con otros ojos a Estados Unidos” y repiense su estrategia externa.