Investigadores oriundos de Australia descubrieron el miércoles 26 de enero un extraño objeto giratorio en la Vía Láctea que, según señalan en una investigación reciente, parece ser diferente de todo lo que los astrónomos han visto hasta ahora.
El objeto, detectado por el estudiante y tesista Tyrone O’Doherty, libera una enorme cantidad de radiación electromagnética tres veces cada hora. El pulso se da "cada 18,18 minutos, como relojería", indicó la astrofísica Natasha Hurley-Walker.
Si bien existen otros objetos en el universo que se encienden y apagan, como los púlsares (fuentes de ondas de radio que vibran con periodos regulares), Hurley-Walker señaló que la frecuencia de este objeto es algo que nunca antes se ha observado.
Fue la misma astrofísica quien procedió a liderar la investigación luego del hallazgo del alumno, quien utilizó el telescopio Murchison Widefield Array (MWA) en el interior de Australia Occidental. Encontrar este objeto "asusta a un astrónomo", dijo la especialista.
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¿Qué se sabe sobre el extraño objeto encontrado en la Vía Láctea?
El equipo investigador trabaja ahora en entender lo que han encontrado. Revisando datos recopilados por años, pudieron establecer algunos hechos. Entre ellos, que el objeto se encuentra aproximadamente a unos 4.000 años luz del planeta Tierra.
Además, lo describieron como un ente increíblemente brillante, que tiene un campo magnético sumamente fuerte. A pesar de esta información, quedan todavía varios misterios por desvelar. "No hay nada conocido en el cielo que haga eso", aseguró la científica.
Con respecto a su trayectoria y/o rutina, indicaron que al girar en el espacio, el extraño objeto emite un haz de radiación que cruza nuestra línea de visión y, durante un minuto de cada veinte, es una de las fuentes de radio más brillantes del cielo.
"Si haces toda la matemática, vas a encontrar que no debería tener suficiente energía para producir estas ondas radiomagnéticas cada 20 minutos", indicó Hurley-Walker. Otra teoría que circula recae en la posibilidad de ser una señal de vida inteligente.
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Pero el equipo investigador pudo observar la señal en una variedad de frecuencias. "Eso significa que debe ser un proceso natural, esta no es una señal artificial", explicó. El próximo paso para los investigadores es buscar más objetos como éste en el universo.
"Más detecciones le dirán a los astrónomos si esto fue un evento aislado o una vasta población nueva que no habíamos notado", sostuvo Hurley-Walker, quien pertence la Universidad de Curtin del Centro Internacional de Investigación Radioastronómica.
JFG / ds