Hasta el momento se conocía que a raíz del acoso escolar o bullying los chicos podían presentar trastornos psicológicos en el inmediato o mediano plazo, pero poco se sabía acerca de qué pasaba con el paso del tiempo. Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, examinó las consecuencias que generan a largo plazo el hostigamiento escolar y la violencia.
Se trata de una de las investigaciones más grandes hechas hasta la fecha, ya que abarcó a casi 4 mil jóvenes ingleses. El trabajo, publicado en la revista científica British Medical Journal, detectó que entre los adolescentes que a los 13 años habían sido víctimas de bullying en forma frecuente, casi el 15% sufría depresión a los 18 años, en comparación con el 5,5% de quienes no habían enfrentado este problema.
“Observamos que los chicos que reportaban haber sufrido bullying al menos una vez por semana tenían casi el triple de posibilidades de padecer depresión en la vida adulta. Demostramos con un amplio cuestionario y en una gran población que existe una relación causal entre haber sufrido acoso escolar y padecer depresión. Con eso pretendemos impulsar el análisis de las mejores intervenciones preventivas que deben llevar adelante los adultos”, le explicó Lucy Bowes, la autora del estudio, a PERFIL vía e mail.
Para Candelaria Irazusta, directora general del Equipo Anti Bullying Argentina, las conclusiones del estudio también reflejan lo que se observa en Argentina: “Conocíamos que la repetición y la prolongación en el tiempo de una situación de mucho estrés dejan huellas a mediano y largo plazo y que, si esa situación no se trata, lleva a la depresión. Lo nuevo, y lo bueno, es que ahora tenemos datos empíricos que sustentan esta teoría que yo relaciono con el concepto de indefensión aprendida”. Este se da cuando después de intentos poco exitosos de los chicos para contar lo que les pasa se convencen de que no pueden hacer nada y con el tiempo aparecen la indefensión, la desesperanza y la depresión.
Esta realidad la viven miles de niños en la escuela. El caso más reciente es el de Lennon, un chico de 12 años al que sus compañeros de curso le pegaban por ser “blanquito” y que debió ser internado (ver recuadro). También los sufrió Cintia Acerbis, creadora de la comunidad de Facebook No + Bullying Argentina. “Al terminar la escuela y empezar el CBC comenzaron los ataques de pánico que me hicieron permanecer un mes en mi casa y derivaron en un cuadro de depresión por el cual a mis 22 años sigo medicada. Creo que entrar a la facultad y que nadie me mirara o se burlara de mí hizo que me sintiera descolocada, porque mis compañeros me habían hostigado desde el jardín por las buenas notas, por ser escolta, gordita o por cómo bailaba”, relató Cintia a PERFIL.
Datos. En 2013 el Grupo Cidep, del que depende el Equipo Bullying Cero Argentina, que coordina Flavia Sinigagliesi, realizó un estudio de prevalencia de bullying junto con la Universidad de Flores. “Entrevistamos a mil chicos de sexto y séptimo grado y les preguntamos si alguna vez habían sufrido, presenciado o materializado actos de bullying. El 44% admitió haber presenciado actos de acoso escolar, el 47% que alguna vez ‘hablaron mal de él en la escuela’ y el 46% haber sido víctima de insultos. Por otro lado, el 45% reconoció que esto ‘era un tema’ entre pares”, enumeró la médica pediatra.
“Además, identificamos que las conductas más frecuentes eran las burlas, los insultos y el aislamiento, y que la edad crítica va de los 7 a los 14 años, independientemente de que en jardín se ven las ‘conductas pro-bullying’ (mandonear, cargar o dejar de lado a un compañero)”, detalló.
Por su parte, Guadalupe Tagliaferri, presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, opinó: “Debemos hacerles entender a los chicos que el bullying no es una moda, una broma o una pavada. Al mismo tiempo, debemos capacitar a los docentes y pedirles tanto a ellos como a los padres que no estigmaticen a quienes lo ejercen”. Tagliaferri recordó que se pueden realizar consultas, pedir asistencia y hacer denuncias sobre esta temática a través de la línea 102.
“Lo cambié de colegio”
“Le pegaban y le decían ‘blanco de mierda’”. Así describió Gerardo Weiss en Facebook el padecimiento y bullying del que era víctima su hijo Lennon en una escuela pública de Flores. Al chico, que va a séptimo grado, la semana pasada le golpearon la cabeza contra el piso durante un recreo. Tras permanecer varios días en observación en el Hospital Garrahan, finalmente ayer le dieron el alta.
“Me decidí, y después de lo sucedido lo cambié de colegio”, le contó Weiss, dueño de la primera peluquería temática de Los Beatles, a PERFIL. “Tuve una reunión con las autoridades del Benjamín Zorrilla y ellos, que ya no estaban tan convencidos de que ‘no fue para tanto’ pero sí muy ofendidos por mi descargo en Facebook –hecho con toda la bronca cuando me dijeron que mi hijo tenía que ser operado de la cabeza por los golpes que recibió–, me ofrecieron pasarlo a una escuela estatal pero yo decidí que vaya a una privada”, explicó. Además, Weiss expresó su deseo de “hacer una marcha para que esto cambie, la sociedad reaccione y no tengamos que esperar que muera un chico en la escuela”.