Fin de año es momento de balance. ¿Qué podemos decir las feministas de 2019? Un año que empezó y termina con femicidios y violencia de género, pero también con algunos avances hacia la igualdad. Analicemos ambos.
El sábado y domingo pasados PERFIL estuvo plagado de femicidios y violencia de género. La candidata a concejala de Pilar asesinada por su marido a martillazos, junto a la decisión de la Justicia de juzgar a Alperovich en Buenos Aires. El domingo: el cura Lorenzo, acusado de abusos sexuales, no toleró ser detenido, nunca reconoció su responsabilidad y se suicidó para evitar que confirmaran su culpabilidad.
Una muestra evidente de cobardía y de intolerancia a ser juzgado y penalizado. Al lado, la noticia de la operación del femicida de la candidata a concejala de Pilar. Ambos casos nos muestran la conducta de hombres abusadores y violentos que conviven con nosotres y que debe alertarnos sobre cómo son sus personalidades con doble faz. Uno intentó matarse, el otro lo logró, ambos quisieron evitar el juicio no solo de la Justicia sino de la sociedad.
Miremos los avances. En 50/50, Valli explica cómo el Indec programa la encuesta de uso del tiempo que se incluirá en la Encuesta Permanente de Hogares y se repetirá cada dos años. La información permitirá medir la evolución de la distribución de las tareas de cuidado no remuneradas, algo indispensable para adoptar medidas para cambiar la mayor y casi excluyente asignación de estas tareas a las mujeres y sus posibilidades de avanzar en el ámbito laboral, artístico y/o deportivo.
La noticia del sábado de los nuevos integrantes de la Academia Nacional de Periodismo: de ocho nuevos miembros, solo dos mujeres. El balance no parece muy alentador, menos que el cupo femenino en el Congreso, ya superado por la paridad, pero así son las academias, aún muy conservadoras y reflejando un mundo ya en extinción. A pesar de eso, ¡esperábamos más de esta academia!
En contraste, en El Observador del sábado dos notas a resaltar: la entrevista a la primera mujer trans rectora de una universidad en América Latina y a la cantante trans del Teatro Colón. La nota de Brigitte, la bióloga experta en medio ambiente rectora de una universidad en Colombia, refleja las vicisitudes de quien pasó más de treinta años de su vida sin poder enfrentar su realidad y, cuando lo hace, convive con su personalidad sin quedar atrapada en si la llaman Juan Guillermo o Brigitte, o sus hijas le dicen papá.
Su testimonio marca una evolución, que como ella señala no la limita a los temas del lenguaje, porque lo que vale son sus vivencias. Al lado de esta nota, la de María Castillo, la primera cantante trans del Colón que tiene registro de tenor y soprano, algo muy raro. Su vida y lucha para ser reconocida en un campo tradicional como es el de la ópera, y en ese teatro, es algo muy importante y da una pauta de cómo se puede avanzar en la aceptación de la diversidad. Un camino sin retorno y que indica cómo la ley de identidad de género se va naturalizando a pesar de las resistencias y prejuicios aún vigentes.
El fútbol es otro de los balances positivos de 2019. Como dice Antonella Valderrey, el fútbol femenino fue: El principio de la revolución. La AFA, un reducto masculino por excelencia, en marzo oficializó la profesionalización del fútbol femenino. Se realizó el primer campeonato de Primera de fútbol femenino, televisado y con jugadoras contratadas. Aún los contratos no están regularizados en todos los clubes, es necesario lograrlo para que puedan tener el entrenamiento necesario. La participación en el Mundial de Francia y el excelente desempeño del equipo argentino fueron estímulos que deben profundizar la posibilidad de su desarrollo. Si bien este es el comienzo, 2019 quedará en la historia como el año del reconocimiento.
El año fue productivo, con avances impensados hace un tiempo. Queda ahora profundizar los logros y avanzar aceleradamente hacia la igualdad. El 2020 celebramos los 25 años de la Cuarta Conferencia de la Mujer en Beijing 1995. Estamos haciendo balance de lo propuesto allí, poco logramos que llegue a todas las mujeres y niñas, ese es el desafío mayor.