Seguramente a lo largo de este 13 de agosto, los conductores televisivos vuelvan a reiterar hasta el cansancio la muletilla de “la fiesta de democracia” pero, en estos días, los ánimos quedaron muy lejos del clima festivo.
La agenda económica, social, y especialmente de seguridad, se agrietó al borde de la veda electoral. Este conjunto de cuestiones no hizo más que incrementar la incertidumbre sobre unas elecciones que mayormente, recibieron la frialdad de la ciudadanía. Sobre el final de la campaña los crímenes de varias personas en ocasión de robo, marcaron a fuego el ánimo de la sociedad. Todas las muertes causan profundo dolor, pero sin dudas la más impactante fue la de la niña Morena Domínguez, que no pasará como un caso más.
Microfísica electoral. Los resultados de las elecciones primarias deberán ser examinados con cuidado y a la luz de las experiencias anteriores. Las primarias, cuyo objetivo modesto es seleccionar a las candidaturas de los partidos y frentes y colocar un umbral del 1,5% para pasar a la compulsa general, en esta oportunidad se transformaron en un proyecto de reorganización general del sistema político, como no ocurría desde 1983.
En la forma en que se ordenen las candidaturas individuales dará los titulares del día lunes, y generará las expectativas frente al mes de octubre por efecto conocido “jumping on the bandwagon”, es decir la tendencia de una parte de los votantes de sumarse al ganador. Por esto Sergio Massa planteó como objetivo primordial ser el más votado ahora, bajo la evidencia empírica de que Juntos por el Cambio podría superar por alianza a Unión por la Patria en términos de sellos electorales. Por supuesto que la diferencia entre oficialismo y oposición es la pelea de fondo, pero, aunque parezca contradictorio, una buena performance de Juan Grabois quizás mejore la perspectiva de UxP frente a la general, especialmente si éste se suma a la campaña y si puede capturar votos que normalmente se dirigen a la izquierda del FIT-U que ahora lucha para obtener el 1,5% que les permita acceder al siguiente nivel.
¿Tercios o cuartos? Claro que la verdadera interna por su competitividad es la de JxC, una lucha que se viene desarrollando prácticamente desde el final del gobierno de Mauricio Macri. Las discusiones en torno a la disputa entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta fueron a diferente nivel, desde sus trayectorias individuales, sus bases electorales específicas o sus formas estilísticas-discursivas tan divergentes. Bullrich
pareció en la disputa ajedrecística ocupar el centro del tablero, para dejar a Larreta en una posición subalterna acordando o no, con las posiciones de la exministra de Macri. Sin embargo, las expresiones categóricas de Bullrich en diferentes temas le acotaron sus fronteras electorales debido a su escasa flexibilidad. Esto reabrió el análisis sobre el rol del votante moderado cuando la polarización parece ser la matriz de la política argentina.
En la madrugada del lunes 14 de agosto finalmente se correrá el velo de Javier Milei, para saber si realmente tiene el peso electoral que planteó Cristina Kirchner con su teoría de los tres-tercios. En este sentido se evaluará el rol de los votantes más jóvenes, especialmente los que votan por primera vez y que no parecen tener compromisos de lealtades partidarias.
La definición de la provincia de Buenos Aires, como suele pasar, tendrá en vilo a la opinión pública nacional. La subtrama de las primarias de JxC en la categoría a gobernador es en sí mismo, un capítulo apasionante de las campañas electorales. Siempre se plantea que bajo el sistema de lista sábana la candidatura presidencial es la locomotora. Hasta aquí, en las encuestas Diego Santilli aparecía como preferente sobre su adversario Néstor Grindetti, pero Bullrich era preferida en la categoría presidencial, una paradoja que se podría resolver con corte de boleta, pero que siempre resulta un porcentaje bajo: ¿podrá esta vez cambiar?
También UxP presentó primarias en distritos de PBA que dejan sin aliento por su intensidad. Entre ellos: las de los distritos de Tigre, Zárate, Hurlingham y por supuesto La Matanza. Como siempre la Tercera Sección electoral sellará el presente del peronismo, aquí se disputan dos sentidos: la fidelidad electoral tendencial al movimiento creado por Perón y reciclado por Néstor Kirchner, o el difícil presente de los sectores populares que apostaron por la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández en 2019 y que no logran ver al Presidente a la cabeza de las dificultades.
Cómo si esto fuera poco… Luego, y oculto tras la maraña nacional y del megadistrito de la provincia de Buenos Aires, este día de agosto se vota en las primarias de Catamarca, Entre Ríos y Ciudad de Buenos Aires. También se vota para gobernador en Santa Cruz. El electorado de la provincia patagónica es el segundo más pequeño del país (0,65%) pero de enorme peso simbólico. A pesar de que se vota con sistema de lemas es probable que se tengan novedades aquí antes que, a nivel nacional, y los resultados probablemente incidan en el futuro del kirchnerismo como proyecto político –sobre todo si son negativos–. La elección en la Ciudad de Buenos Aires con su novedad del voto concurrente, también será clave para evaluar la continuidad del apellido Macri en el campo político.
Como se viene discutiendo, una fuerte abstención electoral muy probablemente, modifique los resultados obtenidos en las –siempre discutidas– encuestas, así como si el voto en blanco marca guarismos por encima de lo habitual –no mayor al 2,5%–. En este sentido, la elección será un termómetro del ánimo social, el desinterés será el centro para analizar a quienes no se presenten a los cuartos oscuros, pero luego el voto en blanco marcará la tasa de descontento con la oferta electoral. El día lunes el cronómetro volverá a cero, se procederá a interpretar los resultados y poner la nueva ruta en el GPS hacia el 22 de octubre.
*Sociólogo (@cfdeangelis)
