JxC cerró su campaña en tensión con pedidos de orden y paz

Ambos precandidatos a presidentes suspendieron los actos del jueves en la Provincia por el caso Morena. En un clima hostil, en el frente opositor no tienen claro si la violencia y la inseguridad que se apoderaron de un extraño fin de actividades proselitistas beneficiarán a algún postulante.

La extitular del Ministerio de Seguridad intentó reforzar sus máximas vinculadas al “coraje” y la “fuerza”; el jefe de Gobierno insistió con un “cambio profundo” y elogió a la Policía de la Ciudad ante los incidentes en el Obelisco que terminaron con un dirigente de izquierda muerto. Estarán en el búnker de Parque Norte pasadas las 20.

Bullrich siguió con su discurso duro y evaluó el caso Morena

Patricia Bullrich tuvo una semana cruzada por el caso Morena, que impactó de lleno en su campaña por tratarse del municipio de Lanús, cuyo intendente es su precandidato a gobernador, Néstor Grindetti, pero además en un clima de violencia que la llevó a respaldar a la Policía de la Ciudad y a Horacio Rodríguez Larreta tras la muerte del militante de izquierda en el Obelisco.

La precandidata presidencial siguió de cerca el caso de los dos motochorros que asesinaron a la nena de 11 años mientras entraba a la escuela en Lanús. Fue un tema que ocupó toda la agenda y la obligó a cerrar su campaña anticipadamente. Justamente Grindetti, y el intendente interino Diego Kravetz –quien va por la reelección– habían organizado un acto en el microestadio de Lanús para las 17 del jueves con todos los precandidatos bullrichistas. Se suspendió a las pocas horas del fallecimiento de Morena. Y el miércoles pasado, Bullrich decidió viajar a Córdoba, donde la esperaban unas tres mil personas, pero solo pidió un minuto de silencio y no dijo ni una palabra.

De todos modos, en las horas finales antes de la veda, que comenzó ayer a las ocho de la mañana, insistió con una palabra clave que repitió en todas las entrevistas periodísticas: “orden”. También apeló al “coraje” y la “fuerza”, tres de los lemas de su campaña.

La “mesa chica” bullrichista, donde se destacan el consultor Derek Hampton y el jefe de la campaña, Juan Pablo Arenaza, le transmitió a la exministra de Seguridad que no cree que haya un impacto decisivo en el electorado y, en todo caso, el tema inseguridad es una temática donde ella está cómoda.

Sin embargo, el enojo y el descontento del electorado, evaluó, no sabe a ciencia cierta si tendrá un eco en la votación o en el nivel de participación.

De todas formas, había optimismo cerca de la precandidata presidencial. Los números que atesora le indican un triunfo, incluso holgado. Aunque, a ciencia cierta, Bullrich tuvo un sprint final de campaña que la encontró a la defensiva, entre el caso Morena, el desliz cuando habló de “blindar” la economía con el FMI y el error sobre la cantidad de extranjeros que estudian de manera gratuita en el país.

Logró contrarrestar, el martes, el impacto que logró Horacio Rodríguez Larreta, sumando al radical Facundo Manes y a su amiga María Eugenia Vidal, con una foto con el diputado y armador político Emilio Monzó, quien definitivamente fue perdonado por Mauricio Macri. Mucho tuvieron que ver en ese apoyo el exviceministro político del Interior, Sebastián García de Luca –hoy en la mesa chica bullrichista– y el precandidato a diputado Nicolás Massot, dos de los hombres del círculo íntimo de Monzó.

Con todo, la precandidata presidencial votará mañana al mediodía en el predio de La Rural. Tiene que sufragar en la mesa 6441. Vive muy cerca: a media cuadra del Botánico, en un departamento junto a su pareja, el empresario Guillermo Yanco.

Larreta respaldó a su policía y bregó por la tranquilidad

Entre llamados y entrevistas periodísticas, Horacio Rodríguez Larreta monitoreó el caso del militante de izquierda Facundo Molares (exintegrante del grupo terrorista colombiano FARC), quien murió en el Obelisco tras participar de una curiosa marcha de menos de 25 personas de un movimiento de izquierda con escasa representación. Aunque ya tenía en claro que, tras el primer informe oficial que le pasaron, debía respaldar a la Policía de la Ciudad en su accionar. Las imágenes y el relato de sus funcionarios le dejaron los argumentos para sostenerlo.

Sin embargo, Larreta pasó estos días más intenso que de costumbre: consultas permanentes con su equipo sobre discursos y las más de veinte entrevistas que dio en las últimas 36 horas hasta el comienzo de la veda, ayer a las ocho de la mañana.

El respaldo a la fuerza de seguridad porteña fue uno de los ejes pero también la posibilidad de desarrollar el plan nacional del área que elaboró junto a su precandidato a vicepresidente, el radical Gerardo Morales. El plan tiene varios ejes y abarca desde la lucha contra el narcotráfico, pasando por la creación de un grupo de elite dedicado especialmente a las bandas narco, hasta reforzar la presencia de fuerzas federales en los lugares calientes como Rosario o el conurbano bonaerense.

Pero todo en un contexto particular: nunca abandonó la palabra “tranquilidad” y “cambio profundo”, una forma de diferencia con Patricia Bullrich. Aunque recibió con una mueca de sonrisa la noticia de que la precandidata presidencial respaldó también a la Policía de la Ciudad, no salió del guion. Incluso, en esta semana pasada, con la ayuda clave de María Eugenia Vidal, quien hizo campaña por él en Córdoba, Mendoza y Entre Ríos.

El cierre en La Plata, con Diego Santilli –una pieza clave en la elección de mañana en la Provincia– y con un intendente también importante como Julio Garro –enfurecido con Bullrich por no haberle permitido llevar a los dos precandidatos presidenciales–, iba a ser a todo vapor: iban a participar precandidatos de todo el país con una foto. Pero el caso Morena obligó a suspenderlo: con apenas minutos de la cancelación del cierre bullrichista, el jefe de Gobierno optó por cortar los actos en ese momento también.

Entre sus asesores hay incertidumbre sobre a quién beneficiará el descontento social de la última semana pero arriesgan que podría haber un voto novedoso a Javier Milei no registrado o, en su defecto, una merma mayor en la participación de aquellos enojados con “la política”.

Si eso le conviene, o no, a Larreta está por verse. Con menor participación, los “aparatos” y los jugadores territoriales tienen mayor peso. Dependiendo de la provincia, más del 70% de la estructura territorial del PRO y la UCR están con el jefe comunal. Pero es una incógnita.

Por lo pronto, mañana a la mañana el precandidato presidencial, con Santilli, desayunarán en Tigre antes de ir a votar. A las 10.15, Larreta votará en la Facultad de Derecho y luego se tomará parte del día en su departamento.