COLUMNISTAS
PASO, A UNA SEMANA

Sangre, sudor y votos

Aún hay un gran remanente de indecisos, 25 al 30%, que los candidatos buscarán movilizar.

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‘Cambio, cambio, cambio ’. | Pablo Temes

Última semana de campaña electoral. Lejos de ser unos días de descanso, serán más activos que nunca. Todavía queda un remanente de indecisos importante –25 al 30% del electorado por fuera del voto optativo–, que intentará ser movilizado por los candidatos. El problema del nuevo indeciso es que se conoce poco sus motivaciones e intereses. No es el tradicional No Sabe/No Contesta de las encuestas clásicas, que se solían proyectar linealmente en base a algunos indicadores sociodemográficos, o incluso por el voto del grupo familiar.

Desasociados. Muchos de los denominados indecisos pertenecen a otra categoría, no se sienten obligados a tomar una decisión electoral ni por asomo. Descubrieron en los días de la cuarentena que se podía sobrevivir sin la política ni los políticos. Si quien prometía que ser el garante de los cuidados de salud de la población –mediante decretos–, podía organizar reuniones sociales en la Quinta de Olivos prohibidas al común de los mortales ya no hay motivos para seguir delegando la representación.

Al contrario de lo que puede pensarse buena parte de este grupo no está enojado ni descontento, simplemente decidió desconectar su atención de los aspectos políticos. No leen los periódicos (nunca leerán este artículo), menos conectan programas políticos, y eligen gosthear cuando quedan en medio de una conversación política deshaciendo el camino que inauguró Sócrates hace 24 siglos. Luego, los algoritmos protegen sus gustos y encuentran por ellos los caminos para evitar a los políticos en campaña, que han invadido cada espacio público o privado. Por supuesto que la vida en sociedad le sigue imponiendo las pautas de dominación como al resto de los ciudadanos, pero aun así han tomado su decisión.

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Acelerados

La sociedad de la queja. El otro grupo social que integra el gran espacio de los que no se han definido electoralmente son efectivamente quienes no han tomado una decisión, pero concurrirán el domingo electoral. Obviamente se deduce que muchos de estos votarán en blanco. Es raro que tomen el voto en blanco como bandera, las respuestas que ofrecen para explicar sus posturas apuntan a la falta de conocimiento de los candidatos y especialmente a la escasas propuestas. Acá hay casi una sobrepolitización: se va a ir a votar, no porque sea una obligación sino un mandato. Lo expresó con claridad una persona en un focus groups, “si no voy a votar, después no me puedo quejar”. Esta frase arroja conclusiones: se asume el descontento como invariante, para luego observar que el acto electoral habilita el reclamo.

Más allá del descontento, no puede decirse que la política no haya generado una oferta política lo suficientemente amplia desde la derecha ultranacionalista hasta la izquierda revolucionaria. Hay unas 25 alternativas, muchas de las cuales pertenecen a sellos y candidatos desconocidos, de los cuales no se tiene ni fotografía. Incluso, la proliferación de candidaturas abrió la discusión sobre el costo de la impresión de las boletas para cubrir todas las mesas electorales, que incluye a quienes van a sacar unos pocos votos y serán excluidos de las generales.

Despolarizados. En esta oferta electoral, hasta el peronismo no pudo evitar unas primarias entre Sergio Massa y Juan Grabois. La propuesta electoral de Massa es muy particular: mostrar que puede gestionar 7 x 24 horas en un terreno económico en pleno terremoto y que debe lidiar con los acuerdos con el FMI que gestionó su antecesor Guzmán con fechas de desembolso en plena campaña –que al parecer, nadie miró en detalle–. Su oponente Juan Grabois plantea una suerte de socialismo utópico irrealizable, pero sus votos serán fundamentales para sostener a Massa en la siguiente ronda. Aun con estas complicadas cartas en la mano UxP logró medianamente unificar el voto duro peronista y donde obtener en conjunto unos 32 puntos será considerado un éxito, con un plus si Massa logra ser el solista más votado. También Juntos por el Cambio fue “atravesada” por la controvertida interna entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, quienes no lograron ponerse de acuerdo si la alianza se llama “por” o “para el Cambio”. Bullrich hizo algo poco común, que es establecer una postura muy estricta en temas como cepo cambiario y seguridad. Larreta fue mucho más laxo, apostando a la incorporación de figuras a su espacio, y respaldándose en la muletilla “en la Ciudad lo hice”. Una dificultad política es no haber podido acordar listas comunes para gobernador en PBA, la dispersión de votos allí los dejará en debilidad frente al peronismo. Aquí la expectativa es ubicarse en la franja del 35 al 40%, aunque el voto se divida casi en partes iguales (Larreta mejoró su posicionamiento en las últimas semanas).

Imposturas políticas

La canción sin fin. Incluso para capturar el grupo descontento con el devenir de los políticos surgió la candidatura de Javier Milei con toda su arenga anticasta. Pero para regocijo de quienes creen en los sistemas, la campaña, las desperdigadas elecciones provinciales, la necesidad de organizar listas a nivel nacional y sobre todo, la dificultad de expresar cómo gobernaría en soledad conspiraron contra su perfil. Sin embargo, como dice el propio Milei “ahora va su rostro”. Una ventaja es que buena parte de sus votantes no son consumidores de medios tradicionales, pero sí de redes sociales. Superar el 20% es la señal de éxito en su partido personal.

Las otras tres ofertas que tienen altas chances de superar el umbral del 1,5%, son el FIT-U, Hacemos por Nuestro País y Principios y Valores. La izquierda se enfrentó a su propia dificultad al presentar dos listas (encabezadas por Bregman y Solano). La diferencias entre éstas es sólo para entendidos y se encontraron con la inesperada competencia de Grabois. Si se ubican en la franja del 2 al 4% la tarea estará superada. Hacemos expresa la continuación del cordobesismo a nivel nacional, por lo que Schiaretti se hará fuerte principalmente en su provincia natal, restando votos que en otra época hubieran ido a JxC. En su mayor optimismo aspiran a obtener de 4 al 6%. Cierra esta corta lista Guillermo Moreno, quien se hizo un espacio en la selva electoral desde un retorno a la doctrina “original”, si logra lo que pretende (4 o 5 puntos) lo hará restando votos a UxP en unas elecciones donde nada sobra.

*Sociólogo (@cfdeangelis)