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el 12 de mayo estará el presidente

Con el fondo de las críticas a Milei en el acto inaugural, la Feria del Libro ya está en marcha

El tradicional encuentro porteño abrió sus puertas oficialmente el jueves. El discurso inaugural estuvo a cargo de la escritora Liliana Heker, quien disparó reproches por el estado de cosas en el ámbito cultural. A su voz se sumaron las del presidente de la Fundación El Libro, Alejandro Vaccaro, quien dio a entender que existe cierto desprecio desde el Gobierno hacia la Feria, aunque eso no priva al Jefe de Estado de utilizar las instalaciones para presentar un libro propio.

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Inauguración. A la izq., la escritora argentina Liliana Heker pronunciando su discurso inaugural. Jorge Macri. Abajo, con la presencia de Ezequiel Martínez, Liliana Heker, el embajador de Portugal José F. Ludovice, Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro, particularmente duro con el actual gobierno. | cedoc

El jueves pasado se realizó el acto de inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires 2024. En una sala con escenario y dos pantallas de video, se sucedieron los discursos de distintos funcionarios. El gran ausente: Leonardo Cifelli, secretario de Cultura de la Nación.

A modo de incentivo para el estado de ánimo hostil del público invitado, y como reguero de pólvora, trascendió que horas antes Cifelli recorrió la Feria pagando la entrada como cualquier lector. No solo eso, adquirió un libro de Murakami y no de un autor argentino. Si bien llovía en Palermo, los relámpagos estaban dentro del recinto.

En un comienzo, habló José F. Ludovice, embajador de Portugal en el país: “Es un honor estar hoy acá en el preciso día en que celebramos una fecha muy especial para nosotros, los cincuenta años de la Revolución de los Claveles que permitió al pueblo portugués conquistar la libertad, después de cuarenta y ocho años de dictadura.” En un video, Carlos Moedas, alcalde de Lisboa (ciudad invitada de honor de la muestra), explicó que por los festejos de dicha fecha no estuvo presente y anunció que lo estará a partir del próximo 2 de mayo.

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A esto, siguió el discurso de Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro, quien abiertamente se refirió a la ausencia del Estado nacional con stands, incluyendo la falta del Banco Nación como espónsor (“por órdenes de arriba”), dando a entender que existe cierto desprecio desde el Gobierno hacia la Feria. Siguió listando los reclamos del sector, a los que el público aplaudió o abucheó, según el destinatario del mismo. Pero el núcleo del discurso fue el siguiente:

“Pero esto no es todo, el Presidente de la Nación, luego de despreciar nuestra Feria, no se sonroja y pide participar en este espacio, que está prevista para el próximo domingo 12 de mayo en la Pista Central de La Rural. Su presencia en la Feria, vidriera extraordinaria, implica una serie de erogaciones también extraordinarias, que la Fundación El Libro no puede afrontar. Se lo digo con una mano en el corazón: no hay plata. Por lo tanto, todo lo atinente a su seguridad y de la gente que concurra a su evento correrá por su exclusiva cuenta, o lo que es peor, será un gasto extra para el Tesoro Nacional.”

La frase: “todo lo atinente a su seguridad y de la gente que concurra a su evento correrá por su exclusiva cuenta”, quedó flotando en el aire entre aplausos. ¿Se cortaron todos los canales de diálogo del sector editorial con el Gobierno? ¿La batalla cultural tendrá su Campo de Marte en La Rural de Palermo? Demasiados significantes culturales para una hipótesis. Habrá que esperar al 12 de mayo para comprobar si el presidente Milei presenta su libro publicado por Planeta, editorial miembro de la Cámara Argentina de Publicaciones, que también conforma la Fundación El Libro.

El que ofició de pararrayos fue el jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, soportando abucheos, silbidos y gritos, al punto que afirmó, dejando de leer su discurso: “Claramente, éste no es un evento del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es patrimonio de la Ciudad toda. Pero sería impensado imaginar que el Gobierno de la Ciudad no sea parte de esta muestra. Así que cuenten con nosotros en ésta y en todas las ediciones futuras.” Y recién ahí recibió aplausos.  Usó el método de cierto estilista infiltrado en la platea de River, conocido como fanático de su rival, que acuñó la frase: “No me peguen soy Giordano”.

Pero al retomar la lectura del discurso, Macri resumió en un párrafo qué lugar ocupa la cultura literaria en su agenda de gobierno: “Este año Lisboa es la ciudad invitada de honor por su trayectoria en el campo de la literatura. Autores como José Saramago, Enrique Vila-Matas y Fernando Pessoa, son grandes exponentes de las letras portuguesas y sus obras estarán presentes en esta nueva edición de la Feria.” La fatídica errata es que el escritor Enrique Vila-Matas nació el 31 de marzo de 1948 en Barcelona, España, y nunca cambió de nacionalidad.

El acto lo cerró una verdadera figura literaria, la escritora Liliana Heker, quien leyó un extenso discurso del que citamos algunos fragmentos como: “Que cada habitante del país haya recibido y reciba una alimentación completa y nutritiva, que pueda acceder a una excelente educación en todos los niveles, que su salud esté protegida, que pueda conseguir un trabajo que cubra sus necesidades, que tenga una vivienda decente. ¿Hemos alcanzado en los últimos cuarenta años esa meta mínima? Basta mirar un poco a nuestro alrededor para saber que no. Hay mucha miseria en nuestro país, y eso implica que parte del pueblo no es soberano, que no actúa por elección sino por desesperación.”

“…Quien sabe leer es capaz de interpretar la realidad más allá de su apariencia más visible, o de la figura que le quieren imponer, o aun de la imagen que él mismo querría que tuviera.” 

“¿La gente de bien? (escuché más de una vez desde representantes del oficialismo esta expresión poco confiable y me recordó a un humorista excepcional, Landrú, quien irónicamente y para aludir a una clase que se consideraba encumbrada, dividía a los argentinos entre los mersas y “la gente como uno”). ¿Es esa “gente de bien” nuestro país o lo integramos todos los que lo habitamos? Porque en este último caso tendremos que admitir que a todos nos corresponden los mismos derechos. Para ser muy básicos: una buena alimentación, una educación de calidad, una salud protegida, acceso a una vida digna. Ahora, no dentro de treinta y cinco años: la vida que se pierde hoy ya no se recupera.”

¿Existe una nueva grieta y es cultural? ¿Se convertirá en trinchera?