El gobierno de Mauricio Macri se está acercando a los cien días. En este tiempo se pudo observar cuáles fueron las prioridades en la gestión y algunos patrones de conducta hacia la oposición. La semana que pasó fue paradigmática. El Gobierno puso el foco en resolver los problemas de la macroeconomía y en entablar una buena relación con los gobernadores. En estos siete días se conjugaron las dos estrategias. La liberalización del cepo cambiario y la baja de las retenciones fueron medidas que se tomaron desde el Poder Ejecutivo, pero ahora, con el inicio de las sesiones ordinarias en el Congreso, comienza el partido en serio, lo que implica interactuar con diversos actores de la arena política con intereses contrapuestos.
La Cámara de Diputados está bastante fragmentada y todos quieren rédito político cuando se plantea algún tema. El bloque del PRO quiere marcar la agenda de las propuestas parlamentarias; Massa quiere mostrarse como el fiel de la balanza; el FpV, como una oposición férrea, y el bloque de Bossio/Urtubey, como un PJ sensato con interlocución a una nueva generación de dirigentes peronistas. Ahora bien, en esta Cámara todavía está en discusión quién lleva la voz de los gobernadores que juegan a obtener recursos por votos parlamentarios. La derogación de la ley cerrojo y el acuerdo con los holdouts están demostrando que el FpV está lejos de representar a los líderes provinciales. Las fallidas intervenciones de Kicillof en la Comisión de Presupuesto y Finanzas desmotivaron a varios gobernadores, como Gustavo Bordet (Entre Ríos), Domingo Peppo (Chaco), Sergio Casas (La Rioja) y Hugo Passalacqua (Misiones), quienes se expresaron a favor de un acuerdo con los holdouts para terminar de una buena vez con el problema.
Como los pavos que inflan su plumaje adquiriendo una apariencia mayor para seducir, el ex ministro de Economía con sus alocuciones infinitas quedó desnudo ante las refutaciones por demolición que hizo Prat-Gay. Y recibió fuego amigo: en una entrevista para un portal, el ex presidente del BCRA de Cristina Fernández, Juan Carlos Fábrega, responsabilizó a Kicillof por el fracaso de un acuerdo con los holdouts en 2014. En ese entonces, como ministro, Kicillof volvió a mostrar sus plumas diciéndoles a los bancos que el Gobierno les reconocería a los holdouts sólo el monto de la deuda a valores de 2005. Esa aparición llevó al fracaso las negociaciones, al endurecimiento del cepo cambiario y a que no entrara ninguna inversión. Los gobernadores, líderes pragmáticos y con necesidades financieras, no quieren ni escucharlo.
Sergio Massa, con una treintena de diputados bonaerenses y cordobeses, se siente el fiel de la balanza. Obligó al Gobierno a entrar en una negociación para trazar un cronograma gradual de devolución a las provincias del 15% coparticipable que va a Anses. Quiere transformarse en el verdadero puente con los gobernadores. Sin embargo, transitando ese camino comete errores. El miércoles, en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, el diputado massista Raúl Pérez dejó caer con su abstención el dictamen para subir el mínimo no imponible de ganancias que motoriza el Gobierno. Para Massa y los suyos es poco el umbral mínimo que trazó Macri. Sin embargo, el recorte a Ganancias va contra los intereses de los gobernadores, ya que afecta los ingresos provinciales: cuanto más alto sea el mínimo no imponible, menos percibirán las provincias. De hecho, el kirchnerismo, después de más de una década de asfixiar a los trabajadores con el impuesto al salario, ahora busca mayores réditos para las arcas provinciales.
Diego Bossio, bajo el ala de Juan Manuel Urtubey, va tejiendo en silencio nuevos desprendimientos en el bloque del FpV. El bloque peronista dialoguista está abierto a recibir al ex gobernador de San Juan, José Luis Gioja, que podría irse junto a sus coterráneos Héctor Tomás y Sandra Castro. Gioja se manifestó a favor de dar quórum el martes y discutir el acuerdo con los holdouts, contra la estrategia del presidente del bloque del FpV, Héctor Recalde, que quiere ver primero si Cambiemos junta la cantidad de escaños suficientes para tratar el tema. Si Gioja se rebelara, por un lado pondría en riesgo su candidatura como presidente de consenso en el PJ. Pero, por otro, les abriría la puerta a Urtubey y a una nueva generación a la posibilidad de liderar el PJ.
Al país lo aquejan una inflación crónica, un suculento déficit fiscal, la falta de creación de empleo privado y la escasez de inversiones. En este contexto, el Gobierno fortalece la gobernabilidad con adelantos financieros a las provincias. El miércoles les transfirió a Neuquén, Entre Ríos y Catamarca $ 500, $ 300 y $ 200 millones respectivamente, y el jueves les propuso a los gobernadores devolverles el 15% coparticipable que reclaman, con un esquema inicial de 3% en efectivo por año en un plazo de cinco años con la opción de sumar otro 3% financiado a través de bonos o letras.
Macri dio señales a los gobernadores de que si no votan la derogación de la ley cerrojo y el acuerdo con los holdouts, la canilla de transferencias para obras públicas se mantendrá cerrada. En el futuro va a tener que negociar ley por ley, transferencia por transferencia. El Gobierno sabe que después de este arreglo con los buitres no lloverán las inversiones de inmediato, pero que le permitirá buscar créditos con tasas de interés accesibles para así impulsar obras de infraestructura necesarias orientadas a la competitividad económica.
La Secretaría de Comercio necesita mostrarse más activa en relación con la inflación, ya que Massa y Stolbizer se están transformando en los referentes contra este flagelo cada mes al informar las cifras del índice de precios del Congreso, cuando era Macri el mayor denunciante de la suba de precios.
Hay otro tema que está fuera del control de la actual administración: la recesión y la crisis política de Brasil. Estudios recientes indican que la economía podría contraerse en 3,5%, una cifra escalofriante, ya que el 30% de las exportaciones argentinas van a ese país. El desafío que enfrenta esta gestión es enorme, porque hay que domar las diversas variables de la economía en el marco de un equilibrio de poder balcanizado, con interlocutores en mutua competencia.
*Politólogo (@martinkunik).