Israelíes y palestinos aún entierran a sus muertos en la tercera guerra que sufre Gaza en seis años. Esta tragedia es fruto de la obstrucción deliberada de una promisoria movida hacia la paz en la región puesta en marcha cuando, en abril, se anunció el acuerdo de reconciliación entre las facciones palestinas. Fue una gran concesión por parte de Hamas el abrir Gaza a un control compartido bajo un gobierno de tecnócratas que no incluía a ningún miembro de Hamas. El nuevo gobierno se comprometió a aplicar los tres principios básicos demandados por el llamado Cuarteto de Medio Oriente, que integran la ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia: fin de la violencia, reconocimiento de Israel y adhesión a los acuerdos anteriores. Trágicamente, Israel rechazó esta oportunidad por la paz y ha logrado evitar el afianzamiento del nuevo gobierno en Gaza.
Se necesitan dos factores para que la unidad palestina sea posible. Primero, debe haber al menos un levantamiento parcial del bloqueo y las sanciones que desde hace siete años aíslan a 1,8 millones de personas en Gaza. Debe haber también una oportunidad para que maestros, Policía y trabajadores sociales y de la salud contratados por Hamas reciban sus pagos. Estos requerimientos necesarios para un nivel de vida humano razonable siguen siendo negados. En cambio, Israel bloqueó la oferta de Qatar de proveer fondos para pagar los salarios de los empleados civiles y el acceso hacia y desde Gaza ha sido reforzado por Egipto e Israel.
No hay justificación humana o legal para la forma en la que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han llevado adelante esta guerra. Las bombas, misiles y artillería israelíes han pulverizado amplias partes de Gaza, incluyendo miles de hogares, escuelas y hospitales. Más de 250 mil personas han sido desplazadas de sus hogares en Gaza. Cientos de palestinos no combatientes han sido asesinados. La mayoría de Gaza ha quedado sin acceso a agua o electricidad por completo. Esta es una catástrofe humanitaria.
Nunca hay excusas para ataques deliberados contra civiles durante un conflicto. Estos son crímenes de guerra. Esto es verdad para ambos bandos. Los ataques indiscriminados de Hamas contra civiles israelíes también son inaceptables. Sin embargo, tres civiles israelíes han muerto por los cohetes palestinos, mientras que una abrumadora mayoría de los 1.600 palestinos muertos han sido civiles, incluyendo más de 330 chicos. La necesidad de procedimientos judiciales internacionales para investigar y poner fin a estas violaciones a la ley internacional debe ser considerada muy seriamente. El Consejo de Seguridad de la ONU debe concentrarse en qué puede hacerse para limitar el uso potencial de la fuerza por parte de ambos lados. Debe votar una resolución que reconozca las condiciones inhumanas en Gaza y emita un mandato para poner fin al bloqueo. Esa resolución podría también reconocer la necesidad de desplegar monitores internacionales que puedan reportar movimientos desde y hacia Gaza, así como violaciones al cese del fuego.
También debería establecer estrictas medidas para prevenir el contrabando de armas hacia Gaza. Ya hubo discusiones preliminares. “Los Ancianos Sabios (The Elders), un grupo internacional de ex jefes de Estado –fundado por Nelson Mandela–, del cual somos parte, espera que estas discusiones puedan continuar y sean provechosas.
A pedido de los palestinos, el gobierno suizo está considerando organizar una conferencia internacional de los Estados signatarios de la Convención de Ginebra que elabore leyes humanitarias para las guerras. Esto podría presionar a Israel y a Hamas a observar sus deberes bajo la ley internacional para proteger a las poblaciones civiles. Esperamos que todos los Estados –especialmente aquellos de Occidente, de más poder– asistan y estén a la altura de sus obligaciones para apoyar la Cuarta Convención de Ginebra, que estipula el tratamiento de la población en territorios ocupados.
La actual unidad entre Fatah y Hamas es mucho más fuerte de lo que ha sido por muchos años. Los Ancianos Sabios creemos que este es uno de los desarrollos recientes más alentadores, que presenta una oportunidad para que la Autoridad Palestina retome el control de Gaza, un primer paso esencial para que Israel y Egipto levanten el bloqueo.
La Autoridad Palestina no puede hacerse cargo de la administración de Gaza por sí sola. Necesitará del rápido regreso de la misión de la Unión Europea, un esfuerzo internacional para ayudar a los supervisores de frontera que fue lanzado en 2005 y suspendido en 2007. La responsable de Exteriores de la UE, Catherine Ashton, ya ofreció reinstalar el programa para que cubra no sólo Rafah, sino también todos los pasos de Gaza. Egipto e Israel deberían, de su parte, cooperar con los monitores internacionales que se desplegarían en Gaza y a lo largo de sus fronteras con el respaldo de un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a las poblaciones civiles. Un valioso precedente para la construcción de confianza entre Egipto e Israel es la fuerza de mantenimiento de paz internacional que opera en el Sinaí, establecida por el tratado de paz firmado por ambos países en 1979.
El objetivo inicial de la comunidad internacional debe ser la completa recuperación del libre movimiento de personas y bienes hacia y desde Gaza a través de Israel, Egipto y el mar. Por su parte, Estados Unidos y la Unión Europea deben reconocer que Hamas no sólo es una fuerza militar, sino también política. Hamas no puede ser ignorada y tampoco colaborará con su propia destrucción. Sólo reconociendo su legitimidad como un actor político –que representa a una porción sustancial del pueblo palestino– puede Occidente comenzar a tomar las iniciativas correctas para que Hamas deponga las armas. Desde las elecciones de 2006 –monitoreadas internacionalmente–, las medidas tomadas por Occidente han ayudado abiertamente a obtener los resultados opuestos.
En definitiva, sin embargo, una paz duradera depende de la creación de un Estado palestino junto a Israel. Líderes en Israel, Palestina y las grandes potencias deben creer que esos cambios políticos están a su alcance y deben acercar a israelíes y palestinos para el día en que el cielo sobre la Tierra Santa esté por fin en silencio
*Ex presidente de los Estados Unidos y Premio Nobel de la paz.
**Ex presidenta de Irlanda y ex Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
Extraido de Foreign Policy.