Las llamadas “formas semidirectas de democracia” que se consolidan en el derecho constitucional del siglo XX como un estadio nuevo del movimiento constitucional proponen lograr una mayor participación popular en las decisiones gubernamentales. Así los electores pueden intervenir en la resolución de temas centrales para el gobierno de la comunidad no solo en los turnos electorales para la elección de sus representantes.
Si bien estas medidas fueron originariamente resistidas por considerarse que atentan contra el principio fundamental de la democracia constitucional que establece que el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes, los sistemas constitucionales las han incorporado con mayor o menor suceso como un estadio nuevo del sistema democrático. La Constitución argentina las incorporó en la reforma de 1994, pero con nulo resultado, pues ha habido escasa difusión de la posibilidad de su ejercicio.
Uruguay es el país de la región que más uso ha realizado de estos mecanismos que tienen fundamento constitucional y se han aplicado a decisiones trascendentales en la vida del país, especialmente luego de la recuperación democrática en 1985.
La norma establece que se puede ejercer como recurso contra una ley, para derogarla en forma total o parcial, dentro del año de su sanción, pero exige una cantidad de electores alta, pues para poner en marcha el proceso se necesita el aval del 25% del electorado. Solo así podrá convocarse a elecciones para que se decida sobre la derogación o el sostenimiento del cuerpo normativo impugnado, elección que es de carácter obligatorio, como las legislativas y presidenciales.
El pasado domingo se celebró un referéndum que tuvo circunstancias particulares por el contexto en el que se desarrolló y el contenido de la ley impugnada. La iniciativa política tomada por el Frente Amplio y organizaciones sociales tuvo lugar durante plena pandemia, que no solo restringía la comunicación social personal, si bien con mucho menos rigor que en otros países, pero que sí impidió, especialmente en la etapa de búsqueda de firmas, las concentraciones de personas. El recurso se dirigió contra 135 artículos de una ley de urgente consideración (LUC) que había sido la propuesta central de la campaña del actual presidente, Luis Lacalle Pou, y aprobada por la mayoría parlamentaria que lo acompaña bajo la denominación de Coalición Multicolor y que es la suma de cinco partidos, que en la elección de octubre de 2019 obtuvieron el 60% de los votos y la consiguiente distribución mayoritaria de las bancas.
La ley fue aprobada en el breve lapso de discusión parlamentaria que la Constitución autoriza para este tipo de normas durante el primer año de gobierno, que coincidió con la emergencia sanitaria. La particularidad de esta ley de 476 artículos es que trata materias muy diversas que van desde normas sobre educación y derecho penal a la portabilidad numérica. El Frente Amplio, en minoría dentro de las Cámaras porque en la elección parlamentaria alcanzó el 39%, si bien acompañó en la discusión y en su voto algunos artículos de la ley, impugnó el procedimiento y emprendió el recurso para derogar 135 artículos de la ley.
El desafío era complejo porque había que convencer al electorado de derogar medidas de muy distinta naturaleza. El resultado fue sorpresivo, porque si bien el gobierno logró que se impusiera el no a la derogación por un escasísimo número de votos, demostró que el electorado que le había otorgado una amplia mayoría parlamentaria en octubre de 2019 había mermado en un 10%. Un acto electoral sin claros vencedores ni vencidos, pero que consolida la democracia uruguaya de manera ejemplar pues demuestra que es una sociedad que dirime sus conflictos en los escenarios de la política que la Constitución habilita.
Los que pudimos seguir el escrutinio por el ejemplar trabajo periodístico de medios públicos y privados pudimos ver después a una ciudadanía que se aglomeraba en los sitios escogidos por cada formación política y transitaba las calles con sus banderas sin actos de violencia ni intolerancia. El clima social demostró que las palabras que Esteban Echeverría escribió desde su exilio uruguayo se hacían realidad, porque esa noche en torno de la Constitución gravitaron, como los astros en torno al sol, todas las fuerzas parciales que componen el mundo de la democracia.
*Profesor de Derecho Constitucional.