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El encanto de escuchar la previa por radio

16-4-2023-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

“Noticias de ayer/¡Extra! ¡Extra!”, cantaban Los Redonditos de Ricota. Pero esta no es una noticia de ayer, sino de hoy, solo que viene con hora de vencimiento: las 5 de la tarde. Hora en la que juegan Boca-Fluminense. Los eventuales lectores que se acerquen a esta columna luego de esa hora la encontrarán absolutamente envejecida (el destino final del diario es prender el fuego para el asadito, por supuesto en la época en que la gente compraba el diario en papel y el sueldo alcanzaba para el asadito… ¡Esas sí que son noticias viejas!). Sin embargo, hay algo de actualidad en todo esto, o en todo caso, algo que sigue ocurriendo todavía, un cierto tipo de género periodístico que, en una de sus formas, me gusta y mucho: la previa radial. Esas transmisiones que arrancan horas antes de los partidos y a las que hay que llenar, además de con pauta publicitaria, con mucho ingenio y mucha imaginación. Pero ese género, la previa, funciona, para mí, solo en radio. La prensa gráfica, por su propia dinámica y su lógica interna, no logra desarrollarlo. El día del partido, hoy, Olé y las secciones deportivas de los demás diarios van hablar de la final, es decir, a ellos, como a nosotros, también irremediablemente les va a envejecer el asunto a las 5. Pero esa serie de notas no pueden considerarse una previa. Sí un contexto, con las formaciones de los equipos, el análisis táctico de por dónde puede ir el partido, incluso notas color desde Río de Janeiro, en caso de que hayan mandado enviados especiales. Pero eso no es una previa.

La transmisión de la tele también arranca antes. E incluso usan la expresión previa. Pero el estilo engolado, el mainstream del formato televisivo, la pauta publicitaria excesiva (que en radio también existe, pero menos), y el hecho de que la mayoría de los periodistas deportivos de televisión se hayan convertido, igual que el periodismo político, en operadores antes que otra cosa, me vuelve esas supuestas previas en inviables.  

La previa de radio es otra cosa: una locura. Y un llamado a la imaginación. Porque hablando de llamados, de eso está hecha la previa de radio. Llama un cronista para decir que el micro de los jugadores está llegando al estadio (“Ahí baja Chiquito Romero con los auriculares puestos, lo sigue Cavani con el mate…) y nosotros, paralizados ante tan magno evento, vemos la acción con los ojos de la imaginación. Y escuchamos el sonido ambiente, que en las finales o partidos muy masivos obliga al relator y al comentarista a tener que levantar la voz desde temprano para hacerse oír. De repente el cronista llama para decir que pegaron la planilla con el equipo confirmado. Es otro momento cumbre. Los análisis van y vienen, como las entrevistas: cualquiera que pase cerca de la cabina (exjugadores, técnicos) es entrevistado. Llenar el tiempo no es fácil y las previas radiales lo hacen con inmensa facilidad. Las previas son lo futbolístico sin el fútbol. Hoy también mueren a las 5. A las 7, 7 y media (depende si hay penales) estaremos festejando o apagando la radio y la tele, porque, cuando se pierde, los comentarios finales nunca se escuchan.

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