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El narcisismo encadena a los políticos: lo que nos refleja es la mirada del otro

Cuando las cosas funcionan ellos se ven reflejados en el pedazo de realidad que les devuelve su mejor imagen. Si pudieran quedarían presos ahí hasta la muerte como Narciso.

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‘¡En sus marcas, listos, ya!’ | Pablo Temes

En el espejo encontramos la imagen de lo que se ve afuera y ahí ponemos lo que queremos ser, pero es muchas veces un escape hacia el exterior que evita que veamos los monstruos que habitan dentro nuestro. Pero el verdadero reflejo de lo que somos se ve en las miradas de los otros que nos muestran el real lugar que ocupamos en la sociedad.

De acá viene eso de que la mirada es el verdadero espejo del alma. Nuestra mirada es lo que muestra nuestro verdadero ser a los otros y las miradas de los otros hacia nosotros nos muestran qué es lo que ven ahí.

El narcisismo encadena a los políticos su propia imagen cuando las cosas andan bien. Cuando las cosas funcionan ellos se ven reflejados en el pedazo de realidad que les devuelve su mejor imagen. Si pudieran quedarían presos ahí hasta la muerte como Narciso.

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Pero la realidad argentina está tan fragmentada que les es imposible mantener el engaño por mucho tiempo. Hoy en la Argentina vivimos un complejo y alarmante de incertidumbre, frustración y preocupación, porque el espejo de esta realidad se rompió y dejó a cada político atado a una porción tan chiquita de la verdad que es imposible construir nada 

La política argentina en un círculo vicioso: rendida a la realidad como a un destino trágico

Cada político vive en su propia realidad admirando apenas una parte de su propia imagen. Entonces pareciera que se concentran en que la corbata les quede prolija y el peinado ordenado mientras salen desnudos a la calle, porque solamente pueden ver la parte que alcanzan a reflejar.

Así los precandidatos resaltan los detallecitos buenos que tienen mientras miran los grandes defectos de sus contrincantes y que ellos, al igual que los otros, no pueden ver porque están concentrados mirándose y admirando su ombligo. Ninguno puede transferir optimismo fuera de la campaña y todo se reduce a regodearse en los errores ajenos.

Massa con las internas insalvables que pese a que las maquillen para parecerse a la Familia Ingalls, son los Kramer. Máximo hace un llamado público de socorro a su madre para que no lo deje solo en la disputa por los votos de la Provincia disfrazado de picardía criolla. Mientras tanto, Aníbal Fernández mete el dedo en la llaga de Máximo recordándole lo que todos saben y que nadie quiere decir en la interna: que Máximo es “una cría cambiada” y ocupa el cargo por ser “hijo del patrón”.

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A Larreta le cuesta creer que siendo el que más posibilidades tenia, se encuentre con un escenario adverso lleno de resistencias que le hacen la campaña cuesta arriba y lo hacen ser paloma a la mañana, halcón al mediodía, hornero al atardecer y tiktoker a la noche.

Patricia que crece por representar el “ala dura” del Pro, pero que el mismo padrinazgo que la ayudó a posicionarse es la que empieza a ponerle un coto por el halo de desconfianza que le agrega ser la elegida de Mauricio

Cristina que quiere retirarse y seguir manteniendo el halo del remanido “54% de los votos” que ya no existe hace una década y concentrada en eso no para de perder en las negociaciones y de dejar a la deriva a sus antiguos partidarios. Lo que más la distrae es el futuro de sus causas judiciales y preocupada por terminar de perder su batalla contra la justicia, empieza a perder el foco y a correr el serio riesgo de perder los bastiones de Santa Cruz y Buenos Aires que le aseguran seguir haciendo pie en la política y mantener el halo de “efectividad electoral” que todavía logra mantener al interior de su espacio.

Un país en campaña moralmente vergonzosa

Milei se abraza a su desempeño y queda preso de su imagen que cree que todo lo puede pese a que en todas las pruebas electorales provinciales sus candidatos tuvieron un pésimo desempeño. Entra en crisis y se tranquiliza pensando que es una estrella solitaria que no puede transferir su aura de cambio a los que van separados de él. Se peina, se maquilla, redobla la apuesta a sus intentos de despegarse de las derrotas en las provincias, se aísla y recoge cada día menos números y más descrédito.

El oficialismo marca con todas las señales posibles ¨el desastre¨ del gobierno de Macri para mostrar que la campaña del miedo del 2015 puede no haberles dado la victoria pero, al mirar de ellos, sí les da la razón, mientras vencen los pagos de la deuda y nos dejan en un rojo histórico al que se suman un crecimiento de la deuda con China, cuyas condiciones ya mostraron en otros países suelen ser más inflexibles que las del FMI.

Mientras en Chaco en el entorno de los Sena dicen de todas formas posibles que se cometió un asesinato en su misma casa pero se intentan desligar del hecho y en Jujuy se mantiene el desorden de las protestas, cada partido elige resaltar solamente uno de ambos hechos.

El país se encamina a una decisión presidencial y parlamentaria importante en la que se decidirán, además del ejecutivo, el destino de once bancas de Juntos por el Cambio y diez de Unión por la Patria. En este contexto cada uno mira el pedacito del espejo que les quedó y decide ignorar las miradas ajenas que les muestran el desasosiego generalizado en la población.

Estamos yendo a una transición hacia otra historia y como en toda transición se producen quiebres que nos alejan de los paradigmas antiguos y nos dejan a la deriva mientras se conforman los nuevos.

Debemos reconstruir este espejo de la realidad uniendo las miradas para ver ahí qué es lo que las miradas ajenas reflejan de las nuestras. Para encontrarnos necesitamos una comunicación constructiva que pueda confiar en la buena intención y objetividad de las otras partes. Sociedad de la imagen, lo que nos refleja es la mirada del otro.

 

El que inventó el espejo envenenó el alma humana, decía Fernando Pessoa, el poeta portugués.