Papá ¿quién es este “peluco” que escuchás todo el tiempo?, me preguntó Ana, de tres años, con Hot Rats en la mano. Francis Vincent Zappa, conocido como Frank Zappa, nació en Baltimore un 21 de diciembre de 1940. Influenciado por su padre, que gustaba de la música, empezó a tocar la batería y la guitarra. A los 15 años leyó un artículo en un diario donde se reseñaba la música de Edgar Varese, un compositor francés. El artículo decía que era un disco “en el que casi todo son tambores, algo disonante y terrible: la peor música del mundo”. Esto le hace picar la curiosidad al joven Frank y consigue el disco que incluye Ionización, una obra de la que Frank se enamora. Y sí, contenía rugidos, tambores, sirenas y percusión extraña. Para el día de su cumpleaños, le pide a la madre un inusual regalo: que le dé plata para llamar a la Costa Oeste, a la casa de Edgar Varese. En este primer intento sólo consigue hablar con su mujer, pero semanas más tarde lo hace con Varese, quien le envía una carta cariñosa y entusiasta. Varese y, posteriormente, Stravinsky van a ser las primeras y máximas influencias de Zappa. Y también el do woop, ese ritmo de las canciones de los años 50 que él va a reversionar en su disco Cruising With Ruben and the Jets. Siempre me costó leer a Thomas Pynchon, un libro de él, incluso, me produjo dolor de dientes. Pero creo que la obra de Zappa y la de Pynchon están unidas: infinitos y extraños saberes, paranoia, ironía, lírica y surrealismo mezclado con un talento matemático para la construcción de esquemas musicales. Si no podés entrarle al Pynchon literario, podés escucharlo a través de Frank Zappa. A veces pienso que Frank Zappa es el músico más grande del mundo. Una máquina inmensa de triturar géneros musicales y de lograr cierta reputación en el rock fuera de los clichés habituales: Zappa era melenudo y se vestía de manera extravagante, pero no tomaba drogas y llegó a despedir a músicos que lo hacían mientras tocaban con él. Zappa ironizaba sobre la sociedad y la criticaba de manera letal, pero no era golpista ni maldito: decía que había que ir a votar para sacar del poder a Ronald Reagan, su bestia negra. A los 30 años tuve una depresión profunda que me duró casi dos, noté que venía el deshielo cuando empecé a escuchar de nuevo a Frank Zappa: Chungas revenge, Joe’s garage, Waka jawaka, obras maestras de ese tipo. The Mother of Invention, su primera e icónica banda, parece anárquica pero, a la vez, es de una precisión suiza a la hora de hacer una performance en el escenario: como los largos lienzos de goteo de Jackson Pollock. Frank Zappa murió el 4 de diciembre de 1993. Su mujer y sus hijos lo despidieron con el siguiente comunicado de prensa: “El compositor Frank Zappa salió hacia su última gira poco antes de las seis de la mañana del sábado”.