Ya hemos señalado que el régimen inflacionario esperado para este 2016 se ubica en torno al 40% anual, siguiendo el patrón de impacto que sobre precios domésticos, en especial alimentos y bebidas, tuvo la devaluación de 2014 y considerando que esta vez, inicialmente, el valor del dólar trepó 42%, bastante por sobre el nivel de 2014.
En este primer mes de gestión PRO no todo fue devaluación y existieron nuevas medidas económicas que tendrán gran impacto en el nivel de empleo. Hasta el momento de escribir esta columna, la administración PRO produjo 22 mil despidos en el sector público y paralizó la obra pública que afecta el empleo de 150 mil trabajadores.
Por otra parte, la secuencia de despidos en empresas privadas inició una saga de magnitud creciente y que ya no se detendrá, y no lo hará porque, a pesar de los mensajes de marketing primitivo que arroja el gobierno de derecha conservadora, es evidente que iniciamos un año signado por la estanflación, esto es estancamiento económico con altos niveles de inflación. Se trata de un contexto socioeconómico poco propicio para la generación de empleo genuino y muy adecuado para esperar más destrucción de puestos de trabajo, pérdida de empleo que incluso es utilizada ya como amenaza por el ministro Alfonso Prat-Gay, que advierte sobre la conveniencia de pactar salarios a la baja , so pena de agravar el desempleo.
Este panorama desbarata de raíz el eslogan PRO “Primer semestre de ajuste, segundo de expansión”, en rigor un revival menor del “Estamos mal pero vamos bien” que atravesó el menemato desde el inicio de aquella debacle neoliberal, prima hermana de esta nueva aventura que hoy propone como “gran novedad” el gobierno del PRO ( la UCR ya ha sido abolida).
Paradojas de la historia, el sombrío pronóstico de estanflación, que tantas veces augurara sin éxito Domingo Cavallo durante la década kirchnerista, finalmente se hace realidad y pega desde el inicio en la línea de flotación del gobierno PRO, formación partidaria que, el mismo pensador cordobés ha dicho, “posee los mejores equipos para gobernar la Argentina”.
Estanflación, entonces, es lo que llega y no el paraíso de inversiones y generación de empleo formal y bien pago que prometiera Mauricio Macri en el primer tramo de su campaña permanente. Pronóstico duro este de inflación con estancamiento económico y destrucción de empleo creciente, que ni siquiera proviene de las filas de las consultoras de la opo.
El oscuro vaticinio no resulta una ocurrencia del silenciado Víctor Hugo, que gracias a las ocurrencias del ministro Lombardi y su rara concepción de la pluralidad de voces, transita hoy su pico de popularidad como periodista y referente político-cultural enfrentando la censura gubernamental.
Todo lo contrario a lo esperado por los referentes PRO, como se observa en el gráfico, estanflación pronostican los amigos de la muy monona consultora Bloomberg, adivinos market friendly si los hay, al tiempo que los brujos también ubican la economía argentina sexta en el ranking de las diez peores economías del año que, ¡ay!, ya se inició con la peor temporada turística de la década en la costa atlántica.
Preocupante, entonces, el panorama socioeconómico a tan poco de iniciado el gobierno PRO, y cuando aún no ha dado comienzo el ciclo de paritarias que pondrá a prueba la capacidad de los hoy poderosos aparatos gremiales de permitir o no que el salario de los trabajadores pierda poder adquisitivo, aceptando o no actualizaciones por debajo de los niveles inflacionarios existentes y esperados, que se sabe son los más altos del planeta después de los que se registran en la ¡Venezuela chavista!
En fin, lamentablemente, así de fuleras están las cosas tras un solo mes de gobierno PRO, y cómo están hoy no es nada, el tema es cómo van a estar. Sin embargo, terminemos la columna bien arriba, porque no todas son pálidas, hay también buenas noticias y hay que darlas: Ya queda un mes menos, lectores de PERFIL.
*Director de Consultora Equis.