COLUMNISTAS
América del sur

Experiencias recientes de balotaje

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Uruguay. Luis Lacalle Pou fue electo con el 50,79% sobre Daniel Martínez con el 49,21%. | telam

El sistema electoral para definir el presidente en una segunda vuelta cuando el primero no ha superado determinado límite, por lo general el 50%, se originó en Francia. En América del Sur es un sistema que se aplica en la mayoría de los países.

En Uruguay, el último balotaje tuvo lugar el 24 de noviembre de 2019. En él fue electo Luis Lacalle Pou, con el 50,79%, sobre Daniel Martínez, que obtuvo el 49,21%. La diferencia entre ambos fue del 1,58%.

Perú tuvo la segunda vuelta de la última elección presidencial el 6 de junio de 2021. Se impuso el candidato de una coalición de izquierda, Pedro Castillo –que fue destituido a fines de 2022 tras un intento de autogolpe–, con el 50,13%. Lo hizo contra una candidata de extrema derecha, Keiko Fujimori, quien obtuvo el 49,87%, menos de un punto de diferencia con Castillo. La diferencia en este caso fue de solo un 0,26%.

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La segunda vuelta de la elección presidencial en Colombia se realizó el 19 de junio de 2022. Se impuso el candidato progresista Gustavo Petro con el 50,44% de los votos sobre el candidato de ultraderecha, Rodolfo Hernández, que obtuvo el 47,31%. Es decir, lo hizo por una diferencia del 3,31%.

En Brasil, el balotaje presidencial tuvo lugar el 30 de octubre de 2022. Ganó Lula con el 50,90% sobre Jair Bolsonaro, que obtuvo el 49,10%, quien había gobernado entre 2018 y 2022 con un modelo populista de derecha. La diferencia en este caso fue de solo del 1,8%.

La última elección presidencial en Ecuador se definió también por balotaje. Fue el 15 de octubre y se impuso Daniel Noboa –un outsider e hijo del empresario más rico del país–, con el 51,83%, contra Luisa González, candidata del expresidente Rafael Correa, que obtuvo el 48,17%. La diferencia fue del 3,66%.

Hasta acá, en los últimos cinco balotajes realizados en Uruguay, Perú, Colombia, Brasil y Ecuador, la diferencia a favor del ganador fue siempre estrecha y nunca superó los cuatro puntos.

La excepción es Chile. En este país la segunda vuelta se realizó el 19 de diciembre de 2021. Ganó el candidato progresista Gabriel Boric con el 55,87% de los votos, sobre José Antonio Kast, candidato de la nueva derecha, que alcanzó el 44,13%. La diferencia en este caso fue del 11,74%.

Cabe mencionar que en Argentina, Venezuela y Bolivia hay balotaje, pero en las últimas elecciones no fue necesario realizarlo, y que Paraguay no tiene este sistema.

Es claro que en cinco de los seis balotajes recientes en América del Sur, el electorado se polarizó fuertemente. No es un pronóstico, sino solo una referencia.

Desde un punto de vista político-ideológico, los seis balotajes analizados mostraron una divisoria marcada. Lacalle Pou, Keiko Fujimori, Rodolfo Hernández, Jair Bolsonaro, Daniel Noboa y José Antonio Kast ocuparon el lugar de la derecha, ya sea moderada o extrema. A su vez, Daniel Martínez, Pedro Castillo, Gustavo Petro, Lula, Luisa González y Gabriel Boric expresaron al progresismo, moderado o extremo.

En tres de los seis casos, quien ganó en primera vuelta se impuso también en la segunda (Brasil, Colombia y Perú). En los otros tres (Uruguay, Ecuador y Chile), el que quedó segundo en la primera vuelta logró imponerse en el balotaje. En estos casos, en la segunda vuelta Boric sumó un 30% entre ambas vueltas, Lacalle Pou un 22,2% y Noboa un 28,3%. En el de los ganadores en primera vuelta y en segunda, Lula sumó un 2,47%, Petro un 10,1% y Castillo, un 31,2%.

Pero más allá de esos antecedentes, hay que reconocer que los votantes son cada vez más independientes o autónomos, y también resultan más volátiles o cambiantes, y eso lo ha confirmado tanto el resultado de las PASO como el de la primera vuelta.

A ello se agrega que las setenta y dos horas previas a los comicios son cada vez más relevantes: disminuye el peso de la historia y crece el de la última noticia. Importa menos lo que un candidato ha dicho hace diez años, uno o incluso un mes, que las impresiones de las últimas horas, y ello hace que cada vez más votantes cambien el voto unos días antes de emitirlo, o incluso se definan en el cuarto oscuro.

*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.