COLUMNISTAS
Juliana Scaglione

“Furia”, el liderazgo magnético que va más allá de Gran Hermano

Cambió todo en el reality más visto de la TV: ahora no ganan quienes se portan bien sino los que desafían a los gritos el statu quo. ¿Parecido a la realidad?

Filtran fotos de Furia de Gran Hermano y parece otra: sin el pelo rapado, ni piercing ni tatuajes
Filtran fotos de Furia de Gran Hermano y parece otra: sin el pelo rapado, ni piercing ni tatuajes | Redes Sociales

La casa de Gran Hermano gira este año alrededor de una magnética mujer rapada de 32 años, ojos celestes inmensos, bisexual, piercing y tatuajes variados; una doble de riesgo de profesión que se dice “muy mística, muy oriental”, pero vive literalmente a los saltos, batallando con una energía desbordante contra quienes visualiza como sus enemigos en el juego, al frente de un no tan numeroso como compacto grupo de seguidoras.

Juliana Scaglione, o “Furia” como, con toda razón, la llaman sus conocidos, es la gran revelación de esta edición de GH, la “dueña de la casa”, según su lúcida visión. Polémica, despierta más amores que odios en el público a juzgar por las primeras tres galas de eliminación, a las que logró sobrevivir gracias al respaldo de la mayoría de los votantes. En las redes, al menos en X, la ex Twitter, es una de las favoritas para ganar la competencia gracias al contenido que produce.

Quién es Juliana "Furia" Scaglione, la participante de Gran Hermano que se tiró de un piso 21

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Un contenido que en la edición anterior de GH no habría sido tan elogiado porque incluye acusaciones a los gritos, insultos variados y gestos de futbolero desprecio hacia otros participantes del reality más visto de la televisión argentina. ¿Qué pasó si hace apenas unos meses ganó Marcos Ginocchio, un joven salteño, bonito, conservador, súper educado, que hablaba muy poco y a quien nunca se le escuchó no ya un insulto sino un mero chisme?

El tiempo pasa velozmente en la Argentina; el triunfador de ayer es considerado hoy “una planta” insulsa por muchos usuarios de las redes. El contenido que se idolatra es ahora el de Furia, un liderazgo exasperado, dispuesto a “quitarles las caretas” a sus adversarios para que todos podamos abrirnos paso entre tanta falsedad cotidiana. Para esta nueva mayoría, una persona enojada, que a veces parece bordear la locura, solo puede hablar verdades. No importan los medios (se le puede decir “mogólico” o “parásito” a un rival; también, insultarlo o cachetearlo poquito), sino los fines, provistos por esa alma buena.

Y, aunque tiene un grupo de amigas o seguidoras por ahora fieles, Furia solo parece realmente a gusto con su “cabra”, un reno de felpa que tomó de algún adorno de Navidad, a la que incluso quiso enviar al cielo junto a los globos de Fin de Año para que no tuviera que seguir viviendo con “las larvas energéticas” de la casa, los “parásitos que te chupan la vida”. Un acto de sublime despojo, desde su punto de vista.

Quién es Juliana

Bien producido, el formato de GH es único porque, si bien es un concurso televisado, es también un experimento de interacción social. Un híbrido muy atractivo, en el que cada edición es distinta en un país como la Argentina, tan cambiante, porque el casting refleja, de alguna manera, a la sociedad. Por eso, una variación tan drástica entre los jugadores puede ser vista también como una mutación en la sociedad o al menos en una parte mayoritaria, que, casualmente, ha elegido un nuevo gobierno, encabezado por un liderazgo disruptivo dispuesto a redimir a “los argentinos de bien”.

¿Para qué tanta redención política, casi “moral”? Para superar el “modelo económico de la casta”, responsable de un fracaso que viene desde “hace más de cien años”. Se trata de una sociedad muy frustrada, harta de tanta decadencia y pobreza, que se arroja a los brazos de alguien que viene a decirles, finalmente, la verdad. No estamos contentos con la
realidad cotidiana; hemos sido estafados, vaciados; necesitamos ese contenido salvífico.

Apareció la primera participante de Gran Hermano que amenazó con irse de la casa

En realidad, la novedad no es tal porque la mayoría de los argentinos suele enamorarse cada tanto de liderazgos políticos tipo Furia. No en vano así le decían varios en la intimidad a Néstor Kirchner, que en 2003 lanzó una revolución estatista continuada por su esposa que aumentó el gasto público en unos 15 puntos del Producto Bruto Interno; ahora, el cambio de paradigma que propone Javier Milei va en un sentido diametralmente opuesto: son “las ideas de la libertad” y del mercado para evitar que sucumbamos a “una catástrofe social de proporciones bíblicas”, según su expresivo mensaje de Fin de Año.

Sin embargo, conviene no forzar las cosas para no caer en extrapolaciones atractivas, pero no del todo verdaderas, sino apenas observar los matices diferentes que indican que respiramos otro clima de época. Por eso, si en el GH que finalizó en marzo se formaron algunas memorables parejas entre jugadores de la casa, en este GH eso no sucede, al menos hasta ahora: empujados por Furia, los jugadores se dividieron rápidamente en dos bandos. No hay tiempo para los coqueteos, el sexo o el amor; el contenido pasa ahora por la intriga, la división y la pelea. Y esto recién empieza.

 

*Periodista, escritor y analista de GH.