A 20 años de haber asumido la presidencia, en perspectiva, queda claro que Néstor Carlos Kirchner tomó un conglomerado social desquiciado por casi 25 años de neoliberalismo y reconstruyó un país.
No fue casualidad. Durante su período (2003-2007) se produjeron transformaciones sustantivas llevadas adelante por un presidente que asumió con 24% de desempleo y apenas 22% de los votos; y convivió inicialmente con la amenaza de desestabilización plasmada por los editorialistas del establishment, cuyo paradigma fue aquel panfleto de Claudio Escribano, publicado en el diario de derecha conservadora La Nación, donde le auguraba apenas un año de gobierno.
Suma fija y chances electorales oficialistas
Algunos logros de la gestión de Néstor Kirchner:
- Se recompuso la autoridad presidencial deteriorada por la megacrisis del año 2001.
- Se consolidó un ciclo de crecimiento económico del orden del 52% del PBI, desde el piso de junio del año 2002.
- Con la aceptación del 76% de los acreedores se consiguió la mayor quita de deuda externa de la historia, que pasó de 192 mil a 145 mil millones de dólares, más beneficios adicionales como la proporción en pesos argentinos, que pasó de un 3% en la situación inicial al 37% después del canje, en tanto, la proporción en dólares de la deuda reestructurada bajó del 66% al 37% y los plazos de pago se extendieron notablemente algunos a más de 40 años.
- La tasa de pobreza cayó 30 puntos y la de indigencia 19, por lo cual pudieron superar la situación de pobreza por ingresos 7.300 personas por día durante cada uno de los 1.640 días de su gobierno.
- Tras un lustro de destrucción de empleo, se generaron 1.520 puestos de trabajo cada 24 horas.
- Luego de doce años de informalidad creciente, hizo caer la tasa de trabajo en negro un punto por año, pasando del 48% inicial al 40,2%. Se quebró así por primera vez el ritmo inédito de ascenso en la precarización laboral consolidado durante los años noventa con 0,5% de PEA asalariada informal agregada por año, que tras la devaluación alcanzó los 5 puntos anuales promedio entre diciembre de 2001 y mayo de 2003.
- Se promovieron aumentos del 380% del salario mínimo que pasó de $ 200 a $ 980 y nueve aumentos sobre la jubilación mínima que aumentó desde $ 150 hasta $ 596,25 mensuales y un 11%, para quienes cobran por sobre los montos mínimos, mejora ésta que no ocurría desde el año 1992. Estos aumentos del 297% del piso previsional disminuyeron la pobreza entre la población mayor de 65 años, con jubilación o pensión del 28,9% en mayo de 2003 al 6,9% actual, con lo cual más de 600 mil mayores de 65 años salieron de la pobreza en cuatro años y medio.
- Se extendió el derecho jubilatorio a 2,5 millones de beneficiarios en edad de jubilarse que estaban fuera del sistema y que mayoritariamente habían sido negreados por las empresas donde prestaron servicio durante su trayectoria laboral.
Se produjeron cambios por un presidente que asumió con el 24% de desempleo y el 22% de votos
- Recuperación heterogénea, pero firme de la participación de los trabajadores en el ingreso total al punto que la información de la Encuesta Permanente de Hogares muestra que en el piso de la crisis el factor trabajo participaba con el 34,6% sobre el total del ingreso, en diciembre de 2006 con el 40,2%, último dato disponible.
- La renovación de los miembros impulsada desde el Poder Ejecutivo mejoró sustancialmente la calidad técnica y la independencia de la Corte Suprema, quebrándose el mecanismo de mayoría automática neoliberal que dominó al organismo en la década de los noventa.
- Se asignó respaldo político a la declaración de inconstitucionalidad de las leyes de impunidad, Obediencia Debida y Punto Final impulsadas por Raúl Alfonsín.
- A solo dos años de asumido, se clausuró la deuda con el FMI, lográndose mayores cuotas de autonomía en las decisiones de política doméstica.
- Inédita performance electoral para un oficialismo que, como consecuencia de la evaluación positiva creciente de su gestión, pasó de obtener el 22,0% de los votos en 2003, al 39,7% en 2005 y el 45,2% en 2007.
Esperemos que las nuevas generaciones, a las que Cristina Kirchner llamó a tomar en sus manos el destino del país, imiten su ejemplo. ¡Gracias Néstor!
*Director de Consultora Equis.