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La agonía de la democracia

Uno de los sentidos de la palabra agonía, como la entendía Miguel de Unamuno, es luchar, vivir, dudar. El mundo real no confirma la idea tan extendida de que los sistemas democráticos están en crisis. Algunos ejemplos para entender lo que sucede.

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Casos. La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, lesbiana sin experiencia política. Volodymyr Zelensky, humorista que hoy puede ganar las elecciones en Ucrania. | ap

Cuando Miguel de Unamuno escribió La agonía del cristianismo explicó que “agoniza el que vive luchando contra la vida misma y contra la muerte”. Agonizar para él es luchar, vivir, dudar y en ese sentido empleamos el término en este texto. Muchos dicen que la democracia está en crisis, pero no analizan lo que ocurre en el mundo concreto, ni estudian los textos que se publican.

Europa. Hoy se celebra en Ucrania la segunda vuelta presidencial, en la que el favorito es el comediante Volodymyr Zelensky, que derrotó en la primera al presidente Petró Poroshenko. Su principal patrocinador es el magnate Igor Kolomoiski, dueño del canal 1+1, enemigo acérrimo del mandatario, que instaló esta candidatura para ridiculizarlo, usando a un cómico que lo imitaba. Inicialmente pareció que la candidatura de Zelensky era un juego y que la elección se definiría entre Poroshenko y la ex primera ministra Yulia Timoshenko. Sorpresivamente, el actor logró el primer lugar y lo más probable es que gane la presidencia. Zelensky mantuvo la iniciativa y condujo a su adversario a participar en eventos ridículos como hacerse una prueba de drogas y alcohol ante las cámaras de televisión y participar en un debate en el estadio olímpico ante 70 mil espectadores. Uno de los principales medios de Ucrania dijo que “la realidad virtual ha ganado sobre la realidad dura, y el entretenimiento político sobre el debate”. La base electoral de Zelensky es masivamente joven.

Desde el fin de la guerra mundial Austria fue gobernada por presidentes socialdemócratas y del Partido Popular. En las últimas elecciones llegaron detrás del líder ecologista Alexander Van Der Bellen, que fue elegido presidente en la segunda vuelta, de Norbert Hofer, de la extrema derecha, y de la independiente Irmgard Griss. Está de más decir que el establecimiento y la prensa apoyaron a los partidos tradicionales.

Inglaterra es un país de contrastes. En Londres hay que visitar Westminster, si es posible el jueves, cuando el gobierno concurre a la Cámara, y presenciar el desfile del speaker hacia el recinto. Es un hermoso símbolo de la política tradicional. Pero en el West End palpita la revolución de la música y el arte. Desde ese mundo se comprende mejor la elección del alcalde de Londres, Sadiq Khan, hijo de un conductor de ómnibus y una costurera paquistaníes, defensor de los derechos humanos y primer alcalde islámico de una capital europea. Es ese mismo Reino Unido en el que las elites convocaron al plebiscito por el Brexit, con la seguridad de que sería rechazado, pero la mayoría de gente que dijo sí. Todavía no se sabe qué hacer con esta irracional decisión.

América. Podríamos seguir con una larga lista de casos semejantes en Europa, pero vayamos a los países más grandes de América. Lori Lightfoot ganó la Alcaldía de Chicago con el 74,2% de los votos el 2 de abril. Es la primera vez que ocupa la alcaldía de la ciudad una mujer afroamericana, que se reconoce lesbiana. Cuando triunfó, Lori se ufanó de su inexperiencia en cargos administrativos y políticos: “Soy una persona que decidió no subir por la escalera de la corrupción de un partido político, no ostento título alguno, ni de comisario, ni de líder de partido”. Su tema fue el combate a la delincuencia que angustia a Chicago, la ciudad con mayor índice de criminalidad del país. La primera dama de la ciudad será su esposa, Amy Eshleman, con la que está casada, que participó activamente de la campaña acompañada de Evian, hija de la pareja. Es interesante ver el spot sobre la familia que difundió la campaña (http://bit.ly/lori-lightfoot).

"Agoniza el que vive luchando contra la vida misma y contra la muerte", escribió Unamuno. 

Donald Trump ganó las elecciones presidenciales en los Estados Unidos casi sin apoyo político. Se enfrentó con casi todo el establecimiento intelectual y con los medios más importantes: más de 650 lo combatieron, frente a 13 que lo apoyaron. Su comunicación rompe con la tradicional, pero ganó la presidencia y conserva el apoyo de un 30% de norteamericanos. Probablemente será reelecto.

En México el PRI perdió la presidencia y la mayoría de las gobernaciones, senadurías y diputaciones que ostentaba. Su candidato fue José Meade, un economista respetado, con buena imagen, que pudo haber hecho un buen papel si montaba una comunicación moderna que aprovechara su condición de independiente. Hizo lo que le pedía el círculo rojo, quiso transformarse en orador y dirigente político. Obtuvo la votación más baja de la historia del PRI. Andrés Manuel López Obrador obtuvo un triunfo aplastante. Su comunicación llega a la gente aunque irrita al círculo rojo (http://bit.ly/amlo-hidalgo).

En Brasil Geraldo Alckmin armó una enorme alianza apoyada por el círculo rojo, que temía una victoria del candidato de Lula. Alckmin es un político con trayectoria, a los 25 años fue el alcalde más joven de la historia de Brasil, es uno de los fundadores del PSDB en 1988, gobernador del estado de San Pablo, perdió por pocos puntos las elecciones de 2006 frente a Lula. Sus resultados fueron pobres, obtuvo 4% en la primera vuelta y salió de la competencia. El triunfador fue Jair Bolsonaro, que contaba solamente con el apoyo de su minúsculo partido, el Social Liberal. Sus propuestas irritaron al establishment y su cierre de campaña indignó a analistas que lo calificaron de desastre (http://bit.ly/bolsonaro-celular). Algunos comentaristas lo encontraron lleno de errores y reclamaron un estrado con banderas. Bolsonaro rompió con todas las normas, no asistió a los debates presidenciales, no hizo nada de lo que debía hacer un político normal. Es el presidente de Brasil.

En la era de internet la política es así, pero las coaliciones enfrentadas a líderes contestatarios tienen una historia triste. Fujimori le ganó al frente que apoyó a Vargas Llosa, Abdalá Bucaram al de Jaime Nebot, Rafael Correa a la “partidocracia”, Hugo Chávez a los partidos venezolanos. Es posible que Evo Morales gane nuevamente las elecciones a un Carlos Mesa que hace una campaña anticuada.Ya Perón derrotó en 1946 a todos los partidos que se coligaron en torno a Tamborini y Mosca. Si prosperara alguna idea bárbara y se unieran todos los opositores de Cristina, ella obtendría un triunfo contundente.

Macri visitó a una familia como lo hizo con más de 250 desde que es presidente. No apeló a una cadena nacional.

Argentina. Mauricio Macri anunció las medidas de alivio económico de la última semana visitando a una familia, como lo hizo con más de 250 desde que es presidente. Como ocurre con su comunicación, algunos dijeron que fue un desastre. Son los mismos que vaticinaron siempre que Macri no ganaría, como no lo haría De Narváez en 2009, ni María Eugenia Vidal en 2015. Pidieron una cadena nacional, como las que han hundido la imagen de Macron y la de otros presidentes que usan esa herramienta, como el colombiano Iván Duque y el ecuatoriano Lenín Moreno. Sería bueno que estos expertos mencionen un solo caso de un presidente exitoso que use esa comunicación arcaica. Desde 2005 algunos se dedican a atacar la comunicación de Macri orquestada por Marcos Peña, que fue central para la serie ininterrumpida de éxitos obtenidos durante 15 años.  

Plagios. No existe otro caso de un político latinoamericano que sea tan plagiado como Macri. ¿Será porque su comunicación es tan mala? ¿Existe otro al que le pase lo mismo? Aquí algunos de esos plagios:

La observación de la realidad se complementa con el estudio. Macri es el único presidente latinoamericano que dedica parte de su tiempo a estudiar y conversar con los pensadores más importantes del mundo, como Yuval Harari, Steve Pinker o Ray Kurzweil. Publiqué hace poco dos páginas con bibliografía cuya lectura sugería para entender estos problemas, pero todo el tiempo se encuentra literatura importante. Debo añadir Understanding “New Power”, de Jeremy Heimans, indispensable para entender la comunicación política en estos días. Si quienes critican la comunicación de Macri tienen textos importantes que defiendan las cadenas y banderas sería bueno que los pasen para estudiarlos.

*Profesor de la GWU.
Miembro del Club Político Argentino.