La decisión de la Corte Suprema de suspender las elecciones en la provincia de Tucumán y San Juan resultó un shock para la política argentina, ya que la decisión votada por los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz pone en discusión la extraña arquitectura federal del país.
Dispares. La Constitución Nacional delinea en un extenso articulado las características del Gobierno Federal en sus tres poderes, pero dedica apenas nueve artículos (del 121° al 129°) a lo que llama Gobiernos de Provincia, donde se da libertad para que las provincias se rijan por sus leyes y Constituciones. Sin embargo, como todo en este libro embrujado esta “libertad” es relativa, ya que se debe respetar el artículo 5°, que dice que cada provincia puede dictar sus normas “de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la CN”. De aquí que un espíritu hegeliano estaría constreñido en esos principios. Un gobernador con una votación muy favorable podría cambiar su Constitución para decidir que su mandato dure veinte años, pero iría contra estos laxos principios siempre propensos a la interpretación. Esto no pasó, pero sí cómo indica un artículo de chequeado.com del 9 de mayo, dieciocho provincias (una amplia mayoría) siguen la línea presidencial de habilitar dos mandatos consecutivos de cuatro años, tres provincias tienen reelección indefinida, Formosa, Catamarca y San Cruz, luego San Juan (una de las cuestionadas) habilita tres mandatos consecutivos. En el otro extremo Mendoza y Santa Fe sólo permiten en sus Constituciones un mandato. Ahora la mirada suprema se orienta hacia las tres provincias que permiten reelecciones “forever”.
En general para reformar las Constituciones hay que convocar a todo un proceso de reforma, ley de enmienda, convocatoria a una Convención Constituyente, etc. Ahora si se mira la letra chica del prospecto, la Carta Magna de San Juan tiene un artículo (el 277°) que dice que si se trata de cambiar un solo artículo basta que haya obtenido las dos terceras partes del voto de la Cámara de Diputados y que la modificación se vote en un referéndum en la elección siguiente. Esto se hizo en 2011 justamente en el artículo 175° que determina la duración de los cargos de gobernador y vice quedando un texto ambiguo donde ambos “pueden ser reelegidos consecutivamente hasta dos veces”. Lo paradójico es que este cambio fue impulsado por José Luis Gioja (quien efectivamente gobernó en tres mandatos consecutivos) y ahora iba a beneficiar a Sergio Uñac, quien finaliza su segundo mandato y está enfrentado con el exgobernador.
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De todo un poco. Las otras gran libertades son para cada provincia, poder fijar (en general a través de una ley provincial) la fecha y el sistema electoral a utilizar, lo cual lleva a un calendario complejo a lo largo del año y distintas modalidades donde sólo en siete provincias habrá PASO, pero en otras se decidió por otros sistemas como lemas, colectoras, o tachas. En un puñado de jurisdicciones habrá segunda vuelta: Ciudad de Buenos Aires, Tierra del Fuego, Chaco, y Corrientes. En las dos primeras si nadie supera el 50%, en las dos segundas sigue el esquema nacional. No obstante ni en Corrientes ni en Santiago del Estero eligen este año gobernador, ya que luego de sendas intervenciones federales los mandatos quedaron desplazados del calendario del resto del país. También en algunas provincias habrá voto electrónico, en otras boleta única, y en las restantes lista sábana (también) en papel.
Para unificar el sistema electoral y organizarlo a la española con una fecha para la elecciones locales y otra para las nacionales haría falta una reforma de la CN, pero hoy la Argentina está a años luz de estos acuerdos, los desacuerdos más básicos son lo corriente.
Si bien difícilmente se pueda considerar que las elecciones provinciales predigan lo que va a ocurrir en las nacionales, generan debates, algunos interesantes. Por ejemplo, luego de las elecciones en La Rioja se comenzó a discutir si el surgimiento de La Libertad Avanza se ha convertido en un obstáculo para que Juntos por el Cambio gane las elecciones. Incluso se comenzó a criticar la profusión de notas periodísticas sobre Javier Milei en la afirmación de “que le hacen el juego al peronismo”. No obstante, en La Rioja Ricardo Quintela superó el cincuenta por ciento (50,6), mientras que Felipe Álvarez, de JxC sacó el 32% y Martín Menem de LAA el 15,6%. Cabe agregar que este año tanto en La Rioja (como en Jujuy) se votó por Convencionales Constituyentes para ir por sendas reformas.
Conflictos por doquier. Difícilmente pueda considerarse que la corriente de Milei sea un desprendimiento del macrismo, por el contrario, la narrativa de los libertarios pone prácticamente en la misma bolsa “socialista” a todos los gobiernos anteriores, aunque es público y notorio que Milei exceptúa a Mauricio Macri y a Patricia Bullrich de su amplia definición de casta. Esta afinidad llevó a múltiples especulaciones de una potencial confluencia del espacio halcón de Juntos por el Cambio con la agrupación libertaria, y probablemente esta cercanía prospere en algún futuro interbloque parlamentario.
Lo cierto es que La Libertad Avanza muestra actualmente una concurrencia de tres espacios sociales: un amplio abanico juvenil, especialmente entre los primeros votantes, los sectores de mayor nivel socioeconómico que votaron a Macri entre 2011 y 2015 y los votantes de menor nivel socioeconómico del peronismo, que se vieron particularmente afectados por las políticas de Alberto Fernández. Los ataques concertados de dirigentes peronistas y periodistas afines dejan en claro que Milei avanza sobre sus votantes.
Hay un problema particular con Fernández, que parece afectar la intención de voto nacional, pero que deja medianamente intacto el voto a los gobernadores peronistas. Más allá de esto se comienza a observar en la estructura del voto libertario un revival de la que tuvo en su momento Carlos Menem a quien lo votaban “los de arriba y los de abajo”. Es claro a esta altura (y Sergio Massa tiene razón en este punto) que la intensa interna política que envuelve al Frente de Todos, casi desde su minuto cero, ha impactado en el sistema económico, pero esta intensidad no es menor en el principal frente opositor, lo que genera un horizonte de incertidumbre cada día más acelerado.
