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Los dedos de Cristina

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Manito. Cristina Fernández de Kirchner, el jueves 18, en los estudios de C5N donde dio un reportaje sin mayores sorpresas. | Senado

Como en diciembre, ahora Cristina Fernández de Kirchner pareció volver a poner tieso su dedo mayor de la mano, mientras cerraba los otros cuatro, para insistirles a propios y ajenos que no será candidata a nada.

Presentó en público sus explicaciones, primero en una extensa carta y luego en una amigable entrevista televisiva. Que la Corte Suprema la va a proscribir. Que Mauricio Macri (y dio a entender que Alberto Fernández también) dejó un estropicio. Que con el FMI es imposible gobernar. Y que Héctor Magnetto no la deja en paz.

Hay motivos más reservados y que circulan desde hace tiempo a su alrededor, a los que Cristina les dio una suerte de tácita validación en su reportaje por TV, al hablar del estado de salud de su hija Florencia. “Está enferma, depende de mí”, dijo con la voz entrecortada.

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Amén de que quienes la aman le creerán todo y quienes la detestan no le creerán nada, acaso sea más interesante escaparle a la tentación fanática de ambos lados para adentrarse en el contexto y en los efectos de esta decisión.

CFK cree que una derrota electoral nacional implica que también pierde en la Provincia

La consecuencia más evidente es la congoja en el kirchnerismo. Aferrado a la figura de la vicepresidenta, da la sensación de que nada puede hacer sin su OK. Y expone las enormes dificultades del espacio, justo al cumplirse dos décadas de su arribo a la Casa Rosada, para erigir figuras políticas de cierto peso. Al menos en lo electoral.

Axel Kicillof aparece como el dirigente K de mayor espesura. Y el candidato que más voto a Cristina retiene, según varios estudios en poder de la vice. Sucede que el gobernador bonaerense quiere ir por la reelección, donde tiene chances, en vez de intentar la épica hacia Balcarce 50. Esa voluntad sólo podría ser modificada por el dedo índice de CFK, si le pide que juegue por la Presidencia.

Al revés de lo que mucha gente piensa, dentro y fuera del círculo rojo, Cristina no adhiere con fervor a la idea de que la pelea presidencial está perdida sin remedio y que es más sencillo ganar en la provincia de Buenos Aires para abroquelarse. Cree más, por el momento, en que una derrota nacional implicaría que además, se pierde en el distrito más populoso del país.

Hay otro pensamiento inquietante al respecto. “¿Te imaginás lo difícil que puede ser para Axel un segundo mandato en la Provincia con un gobierno nacional en manos de Larreta o Bullrich?”, plantea alguien con pergaminos en el cristinismo de paladar negro.

Tomó nota: 80% evalúa mal la economía y 70% piensa que aún va a empeorar

Habrá que ver si todas estas percepciones, de mantenerlas, le hace chasquear los dedos a CFK para la mudanza de Kicillof. O inciden en la definición sobre el posible desdoblamiento del comicio bonaerense.

A la espera del pulgar para arriba de la vice aguardan inquietos Sergio Massa, Wado de Pedro y Daniel Scioli. El ministro de Economía es el más activo y el de mayor poder de fuego. Claro que esto último es lo que le puede jugar en contra ante un panorama económico casi de incendio, con precios disparados y sin dólares. “Sería mucho peor si no estuviera él”, lo defienden a su alrededor. “Agarró una papa caliente”, lo justificó Cristina.

La vicepresidenta se muestra convencida ante quien la escuche que la elección se definirá por la economía. Tal vez por eso recurre al archivo de ciertos datos de sus mandatos para (auto) promocionar con mayor o menor rigurosidad lo bien que estábamos sin darnos cuenta. Pongámosle.

Más allá de su habitual práctica reivindicatoria, usual en la mayoría de la dirigencia, Cristina toma nota de ciertos números restringidos que circulan por su despacho del Senado. Los más recientes en los que se adentró los aportó una influyente encuestadora que hace trabajos, tanto para el oficialismo como la oposición.

CFK leyó con preocupación que:

  • El 80% de las personas opina negativamente de la situación económica.
  • Siete de cada diez creen que empeorará en los próximos meses.
  • Casi la mitad piensa en lo económico para votar.
  • La evaluación negativa de la gestión nacional es récord histórico.
  • La suma de todas las candidaturas presidenciales del FdT cayó 10 puntos en lo que va del año.

Quizás estos datos la hayan también motivado a Cristina a mover todos sus dedos, al mismo tiempo, en señal de chau.