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Los fantasmas del pasado

Duhalde acortó su mandato al perder el control de la calle. El peronismo ya vivió crisis de gobernabilidad.

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Fantasma del pasado. Eduardo Duhalde. | pablo temes

La nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, ha mostrado sus cartas. Avanzar en el sendero de Martín Guzmán, allí donde no pudo su antecesor. 

Hacer apenas lo posible. Sentarse sobre el presupuesto, congelar las vacantes del empleo público nacional, ir por la actualización de las tarifas de la energía, y aumentar en 10% el impuesto al dólar turista, aplicado a compras con tarjeta de crédito y gastos en el exterior son algunas de las medidas destacadas. El nuevo esquema se comienza a alinear con lo arreglado con el FMI y es una situación que obviamente enoja a los sectores medios pero el gobierno ya abandonó definitivamente el cálculo electoral en la misma medida en que Alberto Fernández ha archivado sus deseos de reelección. Obviamente, el malhumor irá en aumento cuando la atribulada segmentación de las tarifas impacte en las boletas que llegarán a los domicilios tras los ajustes. En cambio, el sector agroexportador respira –por el momento– porque no se tocaron las retenciones Globalmente, el paquete de medidas tuvo sabor a poco. Batakis ha activado el modo supervivencia en el marco político donde le toca actuar. Sin embargo, aunque con un programa de mínima se puede predecir que aumentará la oposición como esos medicamentos de liberación prolongada. Por ejemplo, la modificación de la Ley de Administración Financiera para tener control de las todas las erogaciones del sector público que propone situará al alcance de su lapicera el presupuesto de PAMI, Invap, universidades nacionales y un sinnúmero de organismos autónomos y/o autárquicos, que pondrá a prueba en poco tiempo el volumen político de la ministra frente a las peticiones de excepción. Eso en el caso de que los cambios consigan los votos en el Parlamento.  

La verde mano invisible. La respuesta del “mercado” se mide con el indicador que palpita con el pulso social: el dólar, que –por fuera del escuálido oficial– ya se encuentra en los 300 pesos y con ánimo ascendente. No obstante, era un daño colateral imaginable frente al incremento del impuesto a las compras en dólares, hoy preocupa más el descenso infinito de los bonos en dólares. También fue negativa la respuesta de los voceros de diferentes segmentos de la sociedad frente al Plan Batakis. En efecto, se esperaba un aumento de salarios o un bono decretado por el Gobierno para asalariados, jubilados y perceptores de ayudas estatales. La promesa de aperturas de paritarias solo ilusiona a un pequeño grupo de asalariados cuyos gremios suelen pulsear fuerte: camioneros, bancarios, portuarios y un breve etcétera. La CGT duda, pese a que algunos secretarios generales plantean por lo bajo un paro general, recuerdan que a Cristina Kirchner se le hicieron cinco paros por el impuesto de ganancias. 

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Por ahora se conformará con una movilización en días futuros. Los movimientos sociales ya salieron a reclamar a la calle. 

Por una parte, la esperable movilización de los espacios de izquierda, ahora coexistiendo con agrupaciones que se perciben integrantes del Frente de Todos. 

Plan de supervivencia

¿Qué pasa, General? Las preguntas que vienen son más inquietantes que este profundo gris que vive gran parte de la sociedad argentina. La primera pregunta es la inmediata: ¿tenía alternativa Alberto Fernández? Sí, claramente tenía a mano la propuesta de Sergio Massa, que planteaba su llegada a Jefatura de Gabinete y el desembarco de un conjunto de profesionales de quehacer económico como Redrado, Lavagna, Peirano, De Mendiguren, entre otros. Significaba un cambio total del rumbo económico adelantándose al programa económico que pergeñan en las sombras los equipos de Melconian y Lacunza. Ese programa del tigrense nunca se explayó pero se podía deducir que era un giro hacia el centro con liberalización progresiva (no instantánea como proponen aquellos) de la economía, que iba a buscar dar respuesta a la economía bimonetaria como reclama la vicepresidenta. Se sabe que ese camino fue rechazado por Alberto Fernández. ¿Había alguna otra propuesta? ¿Cristina acercó algún nombre? No parece, más allá de las especulaciones sobre un programa centrado en las ideas económicas de Axel Kicillof.

Pero aparece una pregunta más importante: ¿asegura este esquema las condiciones para que Alberto Fernández termine su mandato con cierta calma? No parece existir una respuesta simple. Es parte del folclore local el lugar común de decir que los problemas de gobernabilidad son monopolio de los radicales, pensando en Alfonsín y de la Rúa, y más atrás Illia y Frondizi. Pero este axioma no es del todo cierto, Eduardo Duhalde que iba a completar el mandato de De la Rúa tuvo que llamar a elecciones adelantadas cuando perdió el control de la calle. Hoy ese fantasma del pasado vuelve a cobrar vida, primero en voz baja en la dirigencia política, y luego en forma de pregunta en varias encuestas que circularon esta semana. Cuando alguien incluye una pregunta en un cuestionario, es porque al menos supone que ese factor tiene cierta legitimidad social. 

Saltos sin red. No existe en la Constitución nacional la figura legal de “elecciones anticipadas” o algo parecido, como en los países parlamentarios, pero sí la Ley 25.716 o Ley de Acefalía, que fue precisamente modificado por Duhalde, y dice en su artículo 1° que en caso de acefalía por falta de presidente y vicepresidente de la Nación, el Poder Ejecutivo será desempeñado transitoriamente en primer lugar por el presidente provisorio del Senado, en segundo lugar por el presidente de la Cámara de Diputados y a falta de estos, por el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, hasta tanto el Congreso reunido en Asamblea haga la designación. En suma, hace falta todo un derrotero de crisis política hasta que eventualmente se reúna la Asamblea Legislativa.   

Puede que haya muchas personas enojadas con el Gobierno y que este enojo vaya cualitativa y cuantitativamente en ascenso, pero ese escenario que prevé esa ley sería dantesco para el país, antes existen alternativas, por ejemplo, un acuerdo entre las fuerzas políticas con representación parlamentaria para acordar políticas que permitan estabilizar la economía y permitir que no haya familias que no puedan acceder a los bienes mínimos que nos definen como humanos.

*Sociólogo (@cfdeangelis).