El ex presidente de la Nación, Eduardo Duhalde, dialogó con Jorge Fontevecchia en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), acerca de su delicado estado de salud y la situación política del país. Destacó que "si no nos unimos, Argentina va a ir cada vez peor". Además, habló sobre el Papa, lo difícil que fue gobernar y cómo lo impactó el caso de Kosteki y Santillán. También resaltó que la corrupción es el primer tema a resolver y que planea volver a las recorridas políticas a nivel nacional.
¿Cómo está?
Estuve muy mal de salud e intenté suicidarme por un remedio que había tomado y casi me suicido. Como no tengo médico de cabecera, en el club me habían dicho que estaba deprimido y me lo dieron. El problema es que el 4% de los que lo toman tienen "ideas negras". Intenté suicidarme pero, por suerte, las personas que fui a visitar esa noche, y vívían en pisos altos, no estaban. Cuando subí al coche ya estaba mal, me enojé porque no estaban y me fui a tirar. Los que estaban conmigo se dieron cuenta, me llevaron al médico y perdí la razón. Ya estoy mejorando. Costó mucho salir pero estoy bien, dispuesto a trabajar en lo que hice siempre.
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No tengo interés de ocupar un cargo, pero sí en unir a los argentinos porque sin eso no hay salida. Si creen que tienen una solución y no se unen, es porque no entienden de política. Desde el 2011 empecé a dictar cursos sobre cómo gobernar. Acá no lo entienden, no lo saben. Hemos logrado una democracia fallida que no tiene orden, control ni respeto, que lo que marca la diferencia con las dictaduras y los autoritarismos.
El estrés de ser Presidente, ¿genera algún grado de alienación?
En el mundo pasa eso. Acá lo criticaron a Macri cuando dijo que se desenchufaba después de las nueve de la noche, pero es lo que tiene que hacer. El que no lo entendió fue el Presidente, que tiene un límite como cualquier ser humano. Si no se cuida le va a pasar lo mismo que a Fernando De la Rúa, que nos dimos cuenta que el cuerpo estaba ahí pero no su psiquis no, parecía un autómata. Alberto no lo entendió, tomaba decisiones y cambiaba de opinión al poco tiempo.
Algunos médicos consideran que la mente cede cuando el cuerpo lo hace. Se discute mucho sobre el Papa y su estado. ¿Cómo lo ve usted?
Me impactó y me sorprendió porque pensaba encontrarlo más disminuido, pero lo encontré bien, risueño. Cuando le conté que decían que iba a renunciar se reía y me decía que el periodismo siempre contaba una parte de la verdad. Esperaba estar parado en los próximos días y estaba preocupado por lo que pasa en el mundo, pero siempre con humor. Es un hombre que quiero, lo amo y me ayudó mucho en el 2002.
Se cumplen 20 años del asesinato de Kosteki y Santillán. ¿Qué reflexión le merece?
Estamos viviendo un momento en el que nadie sabe si es verdad o mentira lo que se dice. La mayoría de los que se movilizaron fueron jóvenes y les contaron cosas que no son ciertas. A las cuatro horas del episodio sabíamos quién había sido el responsable, llamé al gobernador de la provincia de Buenos Aires e inmediatamente di la orden para meterlo preso. Pero quieren que hacer lio con eso. Siempre cuando goberné tuve la suerte de que los temas importantes tuvieron a sus responsables presos y ya sabemos lo que pasó con José Luis Cabezas.
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Claudio Mardones (CM): Usted recibió la secuencia de las fotos de la muerte de Santillán y Kosteki en la madrugada del 27 de junio, cuando no se conocía públicamente. Ese día se habló de un complot conta el Gobierno y ex funcionarios presentaron una causa judicial. ¿Cómo se explica?
Me enteré que el gobernador bonaerense, que iba a aparecer en televisión, y le dije que había que meter preso al responsable. Cuando hablan de esto creen que era un ámbito pacífico, pero era tremendo y no solo por eso. Hablé con los que creía que tenía que hablar por muchos temas, fue un día dramático, pero hice lo que tenía que hacer en lo personal.
Siempre creo en la honestidad del gobierno de la Provincia, otro en mi lugar no se hubiese metido y se hubiese sacado la culpa de encima. No es como hoy que se habla de un solo tema. No hice reunión de Gabinete porque era un lio, era muy difícil gobernar y eso que estábamos en un momento en el que podíamos salir adelante.
Usted citó a distintas personas de los medios para decir que iba a adelantar las elecciones y no se iba a presentar. ¿Fue por eso?
El día que asumí, la gente no tiene en cuenta que construimos el primer y único gobierno de unidad nacional de nuestra historia. Le exigí a quienes me querían como presidente que me votaran todos o no asumía y ahí recién acepté, cuando la gran mayoría me apoyó. Al principio, me puse tres objetivos y decidí cumplir esa misión para después irme. Esos puntos eran: pacificar el país, recuperar capacidad de conducción del Estado y cambiar el modelo económico por uno productivo. La paz puso en riesgo lo demás y me di cuenta que adelantado la fecha iba a mantener pacificado el país hasta el ultimo día.
Los que gobernamos sabemos cómo se hacen estas cosas. Si no nos unimos, Argentina va a ir cada vez peor. Para gobernar hay que estar juntos, por eso estamos trabajando en Lomas de Zamora, donde se creó la idea de la unión. Lo mismo pasó con Raúl Alfonsín cuando lo propuso en su momento y me junté con los radicales. Eso me costó que aparecieran pintadas en mi contra. En la Provincia llamé a todos también porque no podía existir oficialismo y oposición, había que pensar diez compromisos básicos para llegar a un acuerdo.
Eso hizo Israel y así salió exitoso el proceso después de tres décadas, pero ahora explotó. ¿Es la esencia del ser humano la división?
El cambio que viene es en todos los órdenes. No puede haber gobierno y oposición, se tienen que poner de acuerdo. El primer tema es la corrupción, que está resuelto en el mundo por la tecnología y no se puede parar. Hoy los gobiernos son oscuros, la gente no sabe lo que hacen. Me pasa a mi también en Lomas de Zamora, que es donde vivo, y eso que conozco de política. Le queda poco tiempo a quienes quieren seguir así.
Hoy hablar de partidos políticos es muy antiguo, se crearon para otra cosa. Por eso los jóvenes no creen en eso, si les mintieron tanto y tienen razón en desconfiar. Creo en Argentina y voy a recorrer el país porque esta vez pienso como la gente, a diferencia de lo que pasó en su momento donde la mayoría tenía otra idea. Quiero generar acuerdos y el tiempo dirá si tengo razón.
JL PAR