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RESPONSABILIDAD

Los hijos de los demás también son nuestros hijos

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Si queremos que nuestros hijos sean futuros ciudadanos, que participen activamente y se comprometan con la realidad social, debemos ser –nosotros los padres– los primeros en educarlos con el ejemplo. ¿Cómo? Ocupando nuestro lugar como padres.

Esta es la razón por la cual les propongo reflexionar sobre la responsabilidad social que tenemos como tales. Porque, además de ser los primeros educadores de nuestros hijos, nuestra sociedad necesita que los padres seamos socialmente responsables.

Muchas veces, ante los conflictos sociales que vemos todos los días en la calle y en los medios, buscamos responsables fuera de casa. Cuestionamos los límites que cualquier autoridad pone a nuestros hijos, escuchamos pasivamente a los políticos dar soluciones mágicas, escuchamos el cliché de la importancia de la educación, hablamos de accidentes de tránsito mientras contamos muertos –en vez de ser ejemplo de conducción y responsabilidad vial– y, en muchos casos, también negamos la realidad pensando que “esto le sucede al otro, que mi hijo no tiene nada que ver” o que “yo en casa hago las cosas bien”.
La violencia, una de las principales preocupaciones de la sociedad, se ha hecho tan cotidiana que la hemos naturalizado, sin tomar conciencia real de por qué se produce. Buscando una vez más afuera los culpables. Pero como cualquier conflicto que impacta en nuestros hijos, la violencia asume dimensiones macrosociales que nos involucran a todos como seres humanos y como padres. Aunque no siempre lo veamos, detrás de un accidente vial, de un delito o de un hecho de violencia entre pares (hoy llamado bullying), hay padres de la víctima y también del victimario. Y cualquiera de los dos podría ser nuestro hijo.

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Por eso, desde la Fundación Padres, con el lanzamiento de la campaña “Nuestro lugar como padres”, nos preguntamos y desafiamos a pensar: ¿qué pasaría si en vez de estar esperando a un “papá Estado salvador”, ocupáramos nuestro lugar de padres socialmente responsables?
Los papás somos modelo de nuestros hijos los 365 días del año, en todos los momentos. Cuando enviamos un mensaje de texto mientras conducimos, los ponemos en riesgo y somos modelo; cuando realizamos una maniobra de sobrepaso inadecuada; cuando violamos una luz roja; cuando cruzamos la calle leyendo el celular; cuando no usamos –ni les hacemos usar– el cinturón de seguridad.

Los buenos tratos, las buenas costumbres y las buenas prácticas dependen de toda la comunidad, pero fundamentalmente de papá y mamá.
Todos somos responsables y es nuestra misión reconocer las causas, las consecuencias, los modos, y participar en la prevención para lograr una mejor convivencia social y una sociedad sana, solidaria, feliz y menos violenta. Cada uno desde nuestro rol de padres.

No hay dudas de que, a mediano y largo plazo, la única generadora de seguridad es la familia. Y por eso la familia debe ser un aliado del Estado, porque su papel es fundamental para el desarrollo de la Patria –palabra que, además, en latín significa “tierra de padres”–.

Creemos que hay que transformar en una política de Estado el papel de la familia. En Chile, un reciente estudio sobre la percepción de las causas de la delincuencia ubica la falta de preocupación y el control de los padres en el primer puesto. Le siguen la falta de control policial, el consumo de drogas, las sanciones débiles que los jueces aplican a los delincuentes y, en el noveno lugar, la mala educación en las escuelas. ¿Qué resultados arrojaría un estudio similar en Argentina?

Ocupar nuestro lugar de padres es comprender que los hijos de los demás también son nuestros hijos, y pensar que la educación que damos en nuestras casas tiene un impacto en la vida comunitaria.

Por todo esto, el desafío “Mejores padres, mejores hijos, mejores argentinos” depende sólo de que cada uno de nosotros ocupe su lugar.
¿Vos dónde estás como padre?

*Fundador de Fundación Padres.